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¿Darle derechos jurídicos a un río? Una nueva visión apuesta por esto

En el 2014 Argentina reconoció los derechos básicos de Sandra, una orangután que llevaba 20 años enjaulada, luego de que…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 3 minutos
¿Darle derechos jurídicos a un río? Una nueva visión apuesta por esto
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En el 2014 Argentina reconoció los derechos básicos de Sandra, una orangután que llevaba 20 años enjaulada, luego de que unos activistas presentaran una acción de habeas corpus para reclamar su libertad.

Aunque primero fue rechazada, luego de la apelación las autoridades judiciales dictaminaron que Sandra era una persona no humana con sentimientos, y por ende, merecía mayor libertad. 

La sentencia le dio la vuelta al mundo y reavivó la discusión de otorgarle a los ecosistemas y a los animales derechos jurídicos, de la cual Costa Rica no ha quedado exenta.

Además de Sandra, ecosistemas como el río Atrato en Colombia, el río Ganges en La India y el Wanganui en Nueva Zelanda, han sido reconocidos como sujetos de derechos.

Pero, ¿qué busca este nueva visión jurídica y cómo se vislumbra en Costa Rica? 

Derechos de la naturaleza

Otorgarle derechos a los ecosistemas y a seres como los animales silvestres es por lo que apuestan los expertos en derecho ambiental para la conservación de la naturaleza;  y además sentar responsabilidades por las acciones que la menoscaban.

Sandra, la orangután de 29 años, es un símbolo de los derechos de la naturaleza (Foto: AFP)

Es decir, se pretende un marco legal que “descosifique” y proteja como sujetos de derechos a los ecosistemas. Y, así, también garantizar un ambiente sano y equilibrado a los seres humanos.

Por esto, más allá de una transformación de la legislación, este paradigma busca modificar la visión clásica del hombre sobre la naturaleza.

Para el abogado Álvaro Sagot, dar derechos a la naturaleza no se trata únicamente de que el ser humano sea consciente de que existe el derecho a un ambiente sano.

Sino, que “lo que implica verdadera y jurídicamente otorgar derechos a la naturaleza es dar garantías procesales a los seres sintientes”. 

Visión hombre-naturaleza

Para Sagot, las leyes nacionales “tienen una visión clásica y antropocéntrica”, lo que ha llevado a que se cosifique y se niegue la personalidad jurídica a lo que no es humano.

“Debemos dar un paso adelante y dejar de considerar a los seres sintientes y a los ecosistemas como cosas”, comentó el abogado.

“Solo así comenzaremos a tener una nueva concepción ética de los que es la biodiversidad y la naturaleza”, añadió.

Desde un plano más ético y filosófico el nuevo paradigma rompería la visión tradicional de superioridad del ser humano hacia la naturaleza.

Para Mario Peña, profesor de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR), otorgar derechos a los ecosistemas “más que una revolución jurídica representa una revolución de conciencia”.

Pero para esto, según Sagot, aún falta mucho camino por recorrer, ya que el mito de que el hombre es el dominante aún persiste en los espacios tanto judiciales como administrativos.

Cambios en las normas

Ecuador reconoció los derechos de la naturaleza a nivel constitucional hace algún tiempo.

Y aunque es un gran paso para la conservación de los ecosistemas, ha puesto en la discusión pública los retos de modificar las normas para cumplir con tales derechos y definir quiénes deben defenderlos.

Por esto para cumplir con lo dispuesto por el nuevo paradigma, deberán crearse nuevas normas y principios del derecho; algo que aún se ve lejano.

Peña aseguró -en uno de sus artículos- que si bien en “Costa Rica todavía no encuentran cabida los derechos de la naturaleza, ya empiezan a generarse algunos intentos para su reconocimiento a nivel constitucional y jurisprudencial”.

Así lo reconoció también Sagot, quien además manifestó que gran parte de la resistencia proviene de las autoridades administrativas y judiciales, así como del sector intelectual.

Sin embargo, el nuevo paradigma ya empezó a calar en otros países del mundo y las modificaciones de legislación ya están comenzando a gestarse.

Por su parte, Costa Rica camina a paso lento y aún no se conoce qué cambios acarrearía la adopción de esta visión. 

“Todavía este cambio está en construcción, no es algo que se va a ver de un día para otro”, manifestó Sagot.

“Pero de aquí a 50 años hablar de los derechos de los ecosistemas va ser algo tan tradicional que no se va a pensar por qué es necesario”, aseguró.

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