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Ecosistema emprendedor: ¿Una herramienta necesaria?

Carlos Peña para El Observador He visitado diferentes ciudades emprendedoras del mundo, sea Boston, Tel Aviv, Madrid, Ciudad de Guatemala,…

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Ecosistema emprendedor: ¿Una herramienta necesaria?
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Carlos Peña para El Observador

He visitado diferentes ciudades emprendedoras del mundo, sea Boston, Tel Aviv, Madrid, Ciudad de Guatemala, que han concentrado esfuerzos monetarios, logísticos y urbanos para crear un verdadero ecosistema enfocado en el emprendedor.

La creación de un ecosistema emprendedor conlleva la creación de una ramificación y conexión de diferentes jugadores sociales relevantes. Esto para la creación y potencialización de empresas. Entendiéndose la participación de la academia, entidades de gobierno, inversionistas, gestores de servicios empresariales y especialistas del emprendimiento a nivel teórico y práctico.

Conversando con algunos pensadores del tema emprendedor en Centroamérica considero que hay un error de enfoque generalizado. Los ecosistemas de apoyo al emprendedor NO son para la creación y crecimiento de las empresas.

Son herramientas para sostener la vida económica de las que operan y dotar de conocimientos técnicos y servicios a las que existen que de forma automotivada busquen los apoyos existentes.

La disyuntiva nace porque las preguntas hechas por los mismos operadores de los sistemas de apoyo emprendedor son equivocadas. Nos encontramos frente a una situación igual a la pregunta:

¿Cómo creamos más medallistas olímpicos?

La anterior pregunta no es sencilla, no se le puede obligar a la gente a ser deportista y tampoco podemos pretender que con sólo entrenamiento vamos a lograr ser competitivos.

Aquí es donde choco con pensadores locales que, desde mi perspectiva, confunden empresariedad con asistencialismo.

Siguen viendo el emprendimiento como una forma de generar alguna forma de crear ingresos en hogares y tapar la realidad de la imposibilidad material del Estado en crear puestos de trabajo.

Seamos francos: el Estado ha fracasado en generar condiciones correctas para crear empleo. Y, aún más, cree que seguir invirtiendo millones de dólares anuales en un sistema de apoyo PYME roto va a cambiar algo.

Uno puede engañar a muchos muchas veces, pero no los puede engañar a todos todo el tiempo.

Así como en el deporte, para tener un ecosistema emprendedor exitoso no es solo teniendo las mejores instalaciones, entrenadores y herramientas, debe de existir también una cultura generalizada que atienda:

  1. Aceptación del fracaso como parte del emprendimiento
  2. Apoyo a invertir corriendo riesgos
  3. Resiliencia
  4. Apertura a modelos asociativos

Porque tal cual un deportista olímpico, pueden darse las mejores condiciones externas, pero sin el espíritu competitivo nadie llegará largo.

Error: no partir de la base institucional

Debemos empezar por poner en el centro de todo el apoyo empresarial al emprendedor, no podemos seguir partiendo de la base institucional.

El Ministerio de Economía Industria y Comercio ha venido a menos en los últimos años, teniendo muchas facultades legales para ejecutar megaproyectos nacionales e implementando una verdadera política pública.

Pero se avoca a proteger los intereses de arroceros y azucareros en vez de pensar en el emprendedor.

Actualmente cuenta con una Dirección de Pequeña y Mediana Empresa diezmada, con personeros que solo llevan un raquítico registro empresarial.

Y solo sirve para repetir el añejo discurso de que es necesario formalizarse para ser un buen empresario, como si tal cosa generara beneficios al mercado, al cliente o a la misma empresa.

Un ecosistema emprendedor que sea serio debe de fijarse como meta resolver estos problemas:

  • Falta de crecimiento del consumo local
  • Crecimiento económico basado en salarios y no capital
  • Falta de crédito para empresas de enfoque local
  • Falta de encadenamientos productivos dentro del mercado local
  • Altos costos de operación y formalización

Enfocando todo lo anterior en los diferentes perfiles emprendedores, siendo trabajadores independientes, autoempleados y empresarios.

El tiempo pasa y no perdona, nuestro país ya ha perdido ocho años (o más sinceramente) de preciados recursos sin resolver realmente la situación del mercado local: la creación de puestos de trabajo y permitir libertades empresariales adecuadas para la creación de riqueza y empleo.