Hermes Solano
La Asamblea Legislativa terminó su año laboral el 14 de diciembre, en un 2023 marcado por los constantes ataques del presidente Rodrigo Chaves hacia los diputados y las respuestas desde el Plenario.
Esas fricciones no pararon y generaron una afectación para el avance de proyectos importantes o por lo menos un atraso en la aprobación.
Los jefes de fracción de varias bancadas enfatizaron que esa actitud del mandatario no ayudó en nada a la puesta en marcha de muchos proyectos.
“Ese ha sido el problema central y si observan, hemos tenido que emplear mucho tiempo en control político debido a los ataques permanentes del Gobierno”, consideró el liberacionista Óscar Izquierdo.
“Hemos tenido que gastar mucho tiempo en defender la democracia y la institucionalidad de este país”, aseguró, considerando que el mandatario no solo la emprendió contra el Congreso.
También Eli Feinzaig del PLP y Alejandro Pacheco del PUSC consideraron que la relación basada en ataques no ha dejado mejores resultados desde la Asamblea.
“Un año convulso en el que hemos tenido que lidiar con un Ejecutivo bastante inestable, con una tendencia a producir pleitos”, consideró Feinzaig.
“Esperamos que para el 2024 la relación sea mejor desde el Ejecutivo para los otros poderes de la República. En las extraordinarias es cuando se han aprobado menos proyectos. Le ha hecho falta más negociación y menos confrontación”, añadió el socialcristiano.
Diputados PLN. Cortesía: Asamblea Legislativa.
Dinamitados los puentes
Chaves ha tenido enfrentamientos con las diputadas Monserrat Ruiz, Dinorah Barquero y también con Francisco Nicolás, todos del PLN.
También se ha enfrentado verbalmente a la fracción del Frente Amplio y en las últimas semanas las baterías han estado enfiladas a la Comisión de Seguridad y Narcotráfico.
“Hemos tenido un Ejecutivo bastante complicado, donde no ha dado posibilidades de un diálogo adecuado y cuando hemos ofrecido puentes, los han dinamitado”, consideró Izquierdo.
El verdiblanco considera que las palabras que emite Chaves contra los diputados, el Poder Judicial y los medios de comunicación no son de recibo, ni deben ser el vocabulario que utilice un mandatario.
“El léxico que se utiliza, no solo con el Legislativo, también con el Judicial y la prensa, ha sido grotesco”, indicó.
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Los dos bandos
Por su parte, la diputada oficialista Pilar Cisneros reconoció que el presidente se extralimitó en algunas críticas hacia diputados, pero señaló que algunos legisladores también se dedicaron solo a atacar.
Cisneros reconoció que ella tuvo varias charlas con Chaves con el objetivo de que se bajara el tono en las declaraciones; sin embargo, dice que también tiene derecho a defenderse.
“Fue un año sumamente duro, de mucha fricción y dificultad para avanzar en los proyectos que nosotros queremos. Este es el trabajo más duro que he tenido en mi vida”, consideró la legisladora.
Sobre sus conversaciones con Chaves, dice que es difícil convencer a alguien de bajar el tono cuando recibe ataques constantes desde el Plenario.
“Se lo he dicho, pero le he explicado a los compañeros diputados que ellos no pueden pretender una relación cordial y respetuosa cuando aquí le dicen barbaridades”, consideró.
“Me siento impotente de convencer al presidente que sea amable, cortés, cordial con los diputados que lo insultan con ese grado de agresividad”, añadió.
Para la oficialista, los puentes se han roto por ambos extremos y que la solución tiene que venir de ambos.
Por ahora, los diputados están en vacaciones y volverán a sus labores el 8 de enero de 2024.
