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El fútbol se convierte en la puerta para una mejor vida de los niños migrantes en Costa Rica

Naciones Unidas destacó a Costa Rica por ofrecer a los niños migrantes en el país la posibilidad de crecer y…

Por Hermes Solano

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El fútbol se convierte en la puerta para una mejor vida de los niños migrantes en Costa Rica
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Naciones Unidas destacó a Costa Rica por ofrecer a los niños migrantes en el país la posibilidad de crecer y desarrollarse de manera integral.

A través del fútbol y gracias a una iniciativa de Fundación Saprissa con la agencia de la ONU para las Migraciones, decenas de niños tienen la posibilidad de encontrar una puerta de escape.

Este deporte les ha permitido dejar atrás el duro golpe de tener que salir de su país e iniciar una nueva vida.

Ese es el ejemplo de Juan Diego, venezolano, quien a sus 9 años tuvo que dejar todo en Venezuela y junto con su familia viajar a Costa Rica.

Hoy, con 13 años, ve con claridad aquellos difíciles momentos.

“Yo sabía que era lo mejor para mí y para mi familia. Me llené de esperanza. Sabía que no me iba a pasar nada malo y que en algún momento ya no me iba a sentir solo y podría tener amigos””, dijo Juan Diego.

“Llegamos a este país sin nada. Tuvimos que adoptar medidas para sobrevivir: comer menos, reducir gastos, caminar más, pero conseguimos trabajo y logramos salir adelante. La solidaridad de amigos y familiares nos ayudó mucho”, contó Alberto, padre del muchacho.

Pasos firmes

Apasionado por el fútbol y aunque conociendo poco de Costa Rica, el deseo de este joven venezolano era jugar.

Por ello, una vez en el país, ingresó en la Fundación Saprissa con el proyecto de la Escuela de Fútbol Valores Saprissa.

Ahí, además de jugar y aprender a jugar fútbol, los menores se centran en el valor del compañerismo y en el apoyo al niño que no hizo bien el pase o a la chica cuyo remate salió desviado.

A través de actividades deportivas, dinámicas de trabajo en equipo y reflexiones, la escuela promueve el interés en los demás, la comprensión de la cohesión y el bienestar común.

“Ayuda a entender que, para lograr el bien del equipo, cada uno de sus integrantes es una pieza clave e importante que debe tener un espacio, que debe ser escuchado y atendidas sus inquietudes y necesidades”.

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Gratuito

Este proyecto atiende de manera gratuita a cerca de 50 niños y niñas costarricenses y migrantes de Escazú de diferentes edades: de 7 a 9 años, de 10 a 12 años y de 13 a 15 años.

“Esta iniciativa se enmarca en el objetivo número 16 de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, pues a través del deporte intentamos construir sociedades justas y pacíficas para asegurar que nadie se quede atrás”, dijo Allegra Baiocchi, representante de la ONU en Costa Rica.

Según un informe de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos, en Costa Rica hay cerca de 40.000 migrantes venezolanos, cuya mayoría huyó de su país.