Mariana Mena
Una encuesta realizada por la Universidad Nacional (UNA) revela percepciones negativas de la población sobre los adultos mayores.
Desde el Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo), realizaron la encuesta “Percepción sobre las personas adultas mayores en Costa Rica”. La misma busca medir los estereotipos, derechos y participación de los adultos mayores de 65 años en la sociedad.
De acuerdo con los investigadores, se determinó dos situaciones negativas que resultan inquietantes:
- Un 78,7%, estuvo de acuerdo en que los adultos mayores son frágiles y vulnerables
- Un 66,1% señaló estar de acuerdo en que son como niños y niñas
“Es importante reflexionar sobre estas percepciones, debido a que se generaliza, cuando las formas de envejecer son individuales, heterogéneas y multifactoriales. Hay que entender que no hay una única vejez, hay que hablar de vejeces”, señaló Noelia Alfaro, académica investigadora.
“Mientras que cuando se tiene ese pensamiento de que son infantiles, se generan conductas de sobreprotección, control de los adultos, comportamientos autoritarios que limitan la autonomía de los adultos mayores”, recalcó Alfaro.
El grupo de mayores de 65 años representa cada vez un porcentaje mayor de la sociedad. Costa Rica enfrenta un acelerado envejecimiento, de ahí que las autoridades resaltan la importancia de cambiar estereotipos y mitos negativos.
Igualmente entre otras percepciones que resaltó la encuesta destacan:
- 57,7% mencionó estar de acuerdo en que siempre están enfermos
- 69,1% manifestó que los adultos mayores sufren de depresión
También, en relación con los derechos humanos, los encuestados consideraron:
- 66,1% que los adultos sufren mucha discriminación
- 61,1% considera que están poco integrados en las actividades familiares
- 65% opinó que son poco respetados
- 66,5% señaló que están poco integrados en la toma de decisiones de la sociedad
- 59,6% considera que los jóvenes no tratan con respeto a los adultos mayores
“Alrededor del 50% de las personas entrevistadas señala que no se respetan los derechos ni se cumplen las leyes dirigidas hacia esta población”, informó Gisella Segura, académica investigadora.
(Archivo/Observador)
Puntos positivos
Asimismo la encuesta como punto positivo, revela que un 87,3% de la población está de acuerdo en que los adultos mayores pueden aprender cosas nuevas como tecnología, idiomas y cursos.
“Sobre la percepción de ser una persona adulta mayor en Costa Rica, las principales opiniones lo vinculan con ser una persona con experiencia, conocimiento y sabiduría”, indicaron los investigadores.
Además, un 60,9% confirmó que ya se están preparando para la etapa de la vejez. Las formas que más destacan son:
- 30,6% salud física
- 30,1% parte económica
- 18,1% desde la parte mental
“Con un porcentaje mucho menor en cuanto a la preparación, las personas no consideran la parte del tiempo para la espiritualidad, buenas relaciones sociales y aprender cosas nuevas”, considera el estudio.
De igual forma, a mayor edad es más alto el valor promedio de los años en que las personas perciben que empiezan a envejecer. El rango promedio es de 55 a 60 años.
Como parte de las recomendaciones que se desprenden luego de esta encuesta, los investigadores consideran que es importante:
- Promoción de espacios que le permitan a la población adulta mayor conectarse con otras generaciones.
- La divulgación y educación de los derechos humanos
“Hay leyes que los protegen pero es importante que ellos las conozcan. Hace falta mas divulgación para que puedan ejercer sus derechos”, resaltó la investigadora.
Nuevos estilos de envejecimiento
Por otro lado, en semanas recientes se conoció el Informe sobre la situación del Adulto Mayor, publicado por la Cátedra de Envejecimiento y Sociedad, a cargo del Observatorio del Desarrollo y la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica.
El estudio indica que los pasatiempos más tradicionales, como los juegos de mesa, quedan de lado para dar paso a las actividades fuera de casa.
“Cada vez se supera ese concepto de que la persona adulta mayor es pasiva, inactiva, carente de roles importantes. Ha comenzado a integrarse activamente a la sociedad”, detalla Carlos Murillo, Director del Observatorio.
“De manera voluntaria ha comenzado a participar en una serie de espacios no solo cómo reconocimiento al aporte del desarrollo humano, social, político, económico, ambiental, entre otros “, sumó.
Según destaca Murillo, el grupo de mayores de 65 años ha mostrado una resiliencia significativa; que no se observa en todos los países producto de esa participación en actividades comunitarias y voluntarias.
Asimismo, las autoridades destacan que tienen mayor resiliencia en temas de salud mental. A más edad la salud mental parece estar mejor.
“Las personas adultas mayores ya han vivido muchísimas situaciones. Han tenido que enfrentar muchísimas dificultades, entonces tienen muchas más herramientas y tienen muchas más estrategias de afrontamiento”, agregó Ana Jurado, coordinadora del estudio.
Vejez acelerada
Actualmente el país cuenta con cerca de medio millón de adultos mayores. Para el 2040 (en menos de dos décadas) la cifra podría ascender al millón y antes del 2060, sobrepasar el millón y medio.
Con la baja en la natalidad el país ya está en el rango de “ultrabaja fecundidad”, ese grupo además representará un porcentaje cada vez mayor de la población.
Tales proyecciones generan también una preocupación clave en garantizar, desde las políticas públicas, los espacios de participación. Aparejado a ello viene el reto de la calidad de vida para el envejecimiento.
“El vivir una vejez digna, autónoma e independiente es fundamental en el estilo de vida del Siglo XXI. Tal vez en el siglo pasado, hace unas 4 o 5 décadas la visión de ser persona mayor de 65 años tenía una visión de otras características”, mencionó Murillo.
Según la información del ODD, 35% de personas mayores a 65 años presentan algún tipo de discapacidad; además, el 40% de las personas con discapacidad severa son adultos mayores. El grupo se divide entre quienes han tenido la situación a lo largo de su vida y quienes pierden alguna habilidad con el paso de los años.
Por ahora se sabe que la situación es más amplia en las zonas rurales y en las mujeres.
