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Eso de los milagros es un poco peligroso, ¿no?

Manuel Guisande para El Observador Yo más que miedo, a los milagros o apariciones les tengo pánico, pero mucho; aunque…

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Eso de los milagros es un poco peligroso, ¿no?
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Manuel Guisande

Manuel Guisande para El Observador

Yo más que miedo, a los milagros o apariciones les tengo pánico, pero mucho; aunque es cierto que solo por la noche.

Por la mañana… entre que estás con gente, charlas con unos y con otros, te fumas un cigarrillo o te tomas una birra, pues como que no te das cuenta y se te pasa el día, pero por la noche…

Es que esto de los milagros… como no tienen protocolos; además, si hubiera un lugar concreto donde sucedieran, por ejemplo la zona de Puntarenas, Alajuela o Puerto Caldera, pues con tal de no ir por allí… solucionado.

Pero como pueden ocurrir en cualquier lugar… es una tensión en la que vivo.

Yo desde las 12 de la noche hasta las nueve de la mañana estoy taquicárdico. Tengo un miedo de que así, de repente, entre un resplandor en la habitación, que la ilumine más que la potencia de mil focos de un Airbus y que de repente oigas como una voz de ultratumba… “Levantateeee Guisandeeee, túúúúú has sidoooo el elegidoooo”.

Como seas el elegido, pánico total

Claro, yo oigo eso y, aparte del acojone, diría: “Yo, elegido; elegido para qué, de verdad que tengo que ser yo-yo-yo…”.

Y la voz… “sí, túúúúúú, Guisandeeee, túúúúú vas a guiar a todo el mundo por la senda de la paaaaaz y el amooooorrrrr”.

Oyes eso e insistes: “yooooo, pero como voy a guiar yo a siete mil millones de tíos si hace solo tres días, solo tres, me han quitado tres puntos de la licencia de conducir precisamente por eso, por guiar mal…”.

Y entonces, pues empiezas con las rebajas para convencerlo. “Pero si no sé idiomas y en el mundo se hablan tantas lenguas…”

Y la voz… “no hará faltaaaa, con tu miradaaaa te seguirááánnnnnn”. Y entonces alegas que tienes una dioptría, que has perdido las gafas, que te cansas, que ya no estás para esos trotes.

“Y que en cambio, el vecino de abajo…” Y la condenada…. “no te cansaráááásss, ni pasarááásssss fríooooo ni hambreeeee… eres el elegidoooo ¡¡¡El elegidooooooooo!!!”.

Lo malo es que la misteriosa voz tiene contestación para todo

Entonces te sale así por lo bajinis un “joderrrrrr” y añades: “y tengo que ir con esas chancletas…. es que yo eso de meter el dedo gordo en esa rayita es un dolorrrrrr… y con lo mal asfaltada que está Costa Rica…”.

Y continúas: “tengo un amigo que hace runnig y otro Ironman, que esos, si los vieras…”

Y ya cuando ves que la voz tiene contestación para todo…, porque incluso le has dicho que sin beber guaros no eres nadie y hasta para eso tiene respuesta.

Pues nada, que bajas de la cama aunque sean las dos de la mañana, te colocas las sandalias esas y a patear por esos mundos de dios y (eso ya depende cada uno) para mí la gran preocupación: «¡¡¡ostrasss!!! ¡¡¡no hablamos nada de la siesta!!!».

Y entre que la voz no te contesta, y mira que le gritas,  como si hubieras enloquecido, otra duda, por si ya tenías pocas: “A que este se ha confundido y en vez de decir elegido quiso decir El Ejido, ahí cerca de Chiapas, y no soy yo…”

Manuel Guisande