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Veinticuatro perros conforman la Unidad Canina del OIJ: su misión es buscar sangre, semen, restos humanos y drogas

Mike, Cocoa, Baco, Bambú y Ámbar son algunos de los 24 perros que conforman la unidad canina del Organismo de…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Veinticuatro perros conforman la Unidad Canina del OIJ: su misión es buscar sangre, semen, restos humanos y drogas
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Mike, Cocoa, Baco, Bambú y Ámbar son algunos de los 24 perros que conforman la unidad canina del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Esta división nació entre 1995 y 1996 y en la actualidad no solo es de altísimo valor en el trabajo judicial. También es reconocida internacionalmente por el nivel de especialidad alcanzado.

La Unidad Canina del OIJ tiene animales con edades que oscilas entre los dos meses y seis años y de diferentes razas, que han sido entrenados (o lo están) para diferentes labores:

  • Cuatro canes están entrenados para el hallazgo de drogas o restos de drogas: Mike, Kalen, Luke y Kora.
  • En el apartado de indicios balísticos está enfocados Krono y Cocoa.
  • En la búsqueda de sangre están Baco y Choco.
  • Una perra están orientada en restos humanos: Luna.
  • En hidrocarburos están destinados Bambú, Ajax, Yara y Zuky.
  • En labores de búsqueda de semen o restos de semen están Dasha y Balú.

Alejandro Castillo, director de la unidad canina, contó a El Observador que estas mascotas -más otras que están aún cachorras, como Ámbar y Akila- corresponden a razas que tienen características físicas y de actitud aptas para su labor.

El responsable explicó que esta dependencia del OIJ cuenta con animales de las razas pastor alemán, pastor belga Malinois, pastor holandés, pastor australiano, labrador Retriever y Bloodhound.

Excelente olfato y juguetones

¿Por qué estas razas? Castillo aseguró que se trata de animalitos que no solo son excelentes olfateadores gracias a la fisonomía de su cabeza.

También destaca su carácter: deben ser juguetones. El gusto por el juego es clave porque aquí radica la mayor parte de su entrenamiento.

Castillo subrayó otro elemento especial: los perros de la unidad deben ser cálidos (que no teman acercarse a las personas).

Esto porque cuando recién llegan a las instalaciones de la Unidad Canina la Ciudad Judicial de San Joaquín de Flores pasan tiempo en casa de los guías (también conocidas como Casas cuna).

En los hogares no solo interactuarán con sus miembros, sino que percibirán diferentes aromas, sonidos y hasta terrenos.

Este proceso es crucial para el equipo, porque les permitirá a los responsables determinar si el animalito es apto para formar parte de la unidad. Y si lo es entonces identificar para cuál de las áreas tiene más cualidades.

Estos son los casos de Ámbar y Akila, cada una con tres meses de vida. Castillo comentó que aún es prematuro saber a cuál especialidad se destinarán, pero ambas podrían trabajar en la identificación de sangre o restos humanos.

Esto a partir de sus primeras interacciones con las familias de los guías y el día a día en la unidad.

Desde su llegada a la unidad

Los perros que llegan a esta unidad especializada lo hacen porque fueron donados por la embajada de Estados Unidos en nuestro país o por medio de la Asociación de Investigación Criminal. También porque oficiales o agentes de investigación sacan camadas.

Los animales son evaluados a partir de los criterios ya establecidos por la unidad y mencionados anteriormente.

Una vez seleccionados pasan por el proceso de “inducción” de tres meses. Luego se trabaja sobre el área de interés de esta dependencia del OIJ (específicamente con olores) y, pasado el año, el can sale con su guía a realizar trabajo de campo, aunque no como el perro n.º 1.

La labor que realizan estos animales es delicada, compleja pero que para ellos reviste un elemento lúdico.

Castillo y Karen Campos, laboratorista y criminalista del OIJ, mencionaron algunos de los trabajos realizados por los integrantes de cuatro patitas.

Por ejemplo: estos animales están en escenas de crímenes pasionales, suicidios u homicidios. También en la búsqueda de restos de personas o en los operativos especiales relacionados con rastros de combustible.

A partir del 2023, la unidad canina incorpora una nueva área de interés: olor humano forense. Esto requerirá otro entrenamiento especial, el cual ilusiona a Castillo y a todo su equipo.