Sergio Arce
Con toda certeza usted se ha percatado de la gran cantidad de flores que desde enero han cubierto cientos y cientos de árboles, de diferentes especies, regados por toda Costa Rica.
Se trata de rosados o lilas claros de los roble sabana, que en estas semanas de la época seca pierden sus hojas.
También están los amarillos brillantes de los cortez amarillo, roble primavera y roble guayacán. Y ni qué decir de los hermosos jacarandas con sus morados vibrante adornando sus ramas.
Previamente lo hicieron las flores anaranjadas de los poró. Y pronto lo harán los árboles cortez negro y carao que brotarán en color rosado, según explicó Sergio Feoli, ingeniero forestal de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz en el área de corredores biológicos.
En San José los árboles jacaranda están floreados en estos días (Alonso Solano / El Observador).
Imponente variedad
Estas son solo algunas de las 2.300 especies de árboles presentes en Costa Rica y que están distribuidas en unos 700 géneros y 130 familias, según un estudio publicado en la revista Biocenosis de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
La cifra es impresionante si se compara con las 700 especies de árboles en todo Estados Unidos (excluyendo territorios en ultramar).
Y aún más con las 3.200 especies en todo el continente europeo, que además incluyen otras formas de vida como hierbas y bejucos.
Aquí en la provincia de San José usted puede encontrar algunos de estas especies (entre nativas y exóticas) en sitios como:
- Bulevar de Rohrmoser (Mata Redonda-Pavas)
- La Sabana
- Paseo Colón
- Escazú
- Santa Ana
- A la vera de la ruta 27
- Morazán
- Montes de Oca
Igualmente en la Costanera Sur (Puntarenas), en Guanacaste y en otros sectores del Valle Central es posible encontrar jacaranda, cañafístula (o carao), corteza amarila y hasta orgullo de la India.
En el caso de las especies exóticas, Feoli explicò que se trata de árboles que se introdujeron a Costa Rica hace muchos años, como el caso del poró, pero que se han “naturalizado” (integrado) muy bien.
Más que flores hermosas
Las coloridas flores que engalanan los árboles antes mencionados son solo un pequeño eslabón de una cadena de impactos positivos no solo en el paisaje, sino en el ambiente (y por ende en los humanos).
Feoli y Giancarlo Pucci, fundador de Árboles Mágicos (movimiento que nació en el 2010 con el propósito de crear conciencia y conexión sobre la importancia de los árboles), enumeraron algunos beneficios:
- Para el paisaje: los árboles no solo son hermosos sino que enaltecen la estética (en especial de las ciudades)
- Flora y fauna: atraen insectos polinizadores como abejas, escarabajos, libélulas y colibríes, entre otros
- Alimento para aves: algunas especies como comemaíz, yigüirros y oropéndolas comen flores.
- CO2: absorben dióxido de carbono y disminuyen la contaminación (por ejemplo la sónica)
- Refrescan: disminuyen islas de calor y hacen más viables la habitacionalidad en ciudades.
- Arboles (con o sin flor): interceptan lluvia y evitan erosiones
- Siembra de árboles aumenta plusvalía
- Permiten recuperar los espacios públicos
- Conectan áreas verdes como los corredores biológicos.
- Dan sombra
Otro de los árboles que engalanan las calles y predios de numerosos lugares son los cortez amarillo (Alonso Solano / El Observador).
Pucci comentó que desde Árboles Mágicos -que obtuvo el nombre gracias al libro homónimo que se lanzó hace 14 años- han emprendido acciones para proteger la cubierta forestal. Pero, además, para expandirla con la siembra de más de 35.000 árboles en diferentes partes del país.
Este trabajo también ha alcanzado a más de 5.000 estudiantes de escuelas públicas.
Esfuerzos públicos y privados
Feoli finalizó diciendo que en los últimos años ha visto un mayor esfuerzo institucional (en especial de las municipalidades de la Gran Área Metropolitana) por sembrar más árboles.
Además, hizo un llamado a los desarrolladores para que incorporen en sus planes constructivos proyectos de reforestación en las zonas donde se levantarán estructuras.
Un caso destacado -además de Árboles Mágicos- es el que ha realizado Aleste -proyecto de Portafolio Inmobiliario-, ubicado en Curridabat.
En los últimos tres años ha realizado campañas de siembra de árboles. La última tuvo lugar en julio del 2023 y se logró la siembra de 1.000 árboles de especies nativas.
Esta iniciativa empresarial tiene la meta no solo de restaurar las áreas cercanas a los ríos, sino facilitar la conectividad entre las zonas protectoras Tiribí y Carpintera. A la fecha se han sembrado unos 1.700 árboles.
