El caso de una familia de San Carlos que terminó intoxicada este miércoles tras, aparentemente, consumir gomitas con un derivado del cannabis evidenció dos realidades: los productos de este tipo están cada vez más presentes en el país.
Pero, además, los niños son los más vulnerables ante estos productos. Del total de personas intoxicadas en la Zona Norte, siete son menores de edad, según datos del Organismo de Investigación Judicial.
La entidad agregó que el rango de edades de los pequeños afectados va desde los 11 meses a los 14 años.
Aunque las autoridades no confirman que los dulces se comercialicen aquí, en países cercanos como Estados Unidos tienen libre venta. Incluso en redes sociales varias páginas en redes sociales facilitan el acceso a estos.
Galletas, caramelos y hasta marshmellows forman parte de la nueva oferta. Uno de sus aditivos más comunes es el CBD, uno de los derivados cannábicos con aplicaciones incluso médicas y con efectos menos intensos que el THC, otro de los componentes que se incluyen en otras recetas.
“Esos productos los usan como alternativa discreta para fumar la marihuana”, señaló la doctora Viviana Ramos, directora del Centro Nacional de Intoxicaciones.
¡Mucho cuidado con los más pequeños!
Como ocurre con otras sustancias, su apariencia llama la atención de los niños, que no dimensionan los efectos de su consumo.
Ante esto, la doctora Ramos da una recomendación tácita: “Estos productos deben ser siempre recomendados por un especialista. Si los tienen en la casa deben de guardarlos como un medicamento o como un producto altamente tóxico
“Deben estar bajo llave, fuera del alcance de los niños, y ni hablar si utilizan productos comestibles, no los pueden tener en la cocina”, agregó.
Efectos de adulto en un cuerpo pequeño
Pero: ¿cuáles afectaciones puede tener el consumo de estos dulces en un niño?
Según la experta, los mismos que en un adulto, pero pueden verse intensificados. Estos pueden ir desde mareos, debilidad, dificultad para hablar y falta de coordinación hasta alteraciones de la percepción, ansiedad, apnea o problemas cardiacos.
La explicación es simple: al ser más pequeños, los niños tienen menor volumen donde se distribuye la sustancia.
“Una galleta o un solo caramelo pueden contener varias veces la dosis recomendada para un adulto”, señala Ramos.
“Un niño no tiene el sentido común de que el alimento pueda ser tóxico y eso favorece que la intoxicación pueda ser mucho más peligrosa para ellos”, detalló.
¿Qué se debe hacer?
Y aunque no siempre consumir estos derivados cannábicos tendrá efectos en los menores, la recomendación es la revisión médica integral.
En primera instancia existe la línea del Centro de Intoxicaciones (800-4686-9422). Ahí pueden darse recomendaciones iniciales como lavar la boca del niño o llevarlo al aire fresco.
La doctora Ramos insiste, sin embargo, en a necesidad de abordar a todos los pacientes aún en sala de emergencias. Según detalló, cada caso debe pasar por una revisión integral incluso con Trabajo Social.
Cuando el cannabis es más peligroso comido que fumado
En los últimos años, el Centro Nacional de Control de Intoxicaciones registra un aumento sostenido de las crisis relacionadas a la marihuana.
Para el 2020 el total de los casos por intoxicación con marihuana fue de 229, y en lo que va del 2021 ya llegan a 76.
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De estos, llama la atención la afectación en menores de 12 años. A la fecha, el 2021 ya lleva 16 casos, mientras que el 2020 registró un total de 14 reportes. En la lista hay incluso niños de meses de edad.
También destaca que de los 76 incidentes que lleva el año en curso, 54 se han detonado no por fumar sino por ingerir los productos con el cannabis o sus derivados.