Tomás Gómez
La nueva ola de persecución que vive la Iglesia Católica de Nicaragua llevó a que los obispos costarricenses pidan más oración por la religión en el país del norte.
“Sugerimos tener esa intención, además del ámbito personal, en el rezo del rosario del Niño, que seguro tendremos estos días”, señaló la Conferencia Episcopal en un comunicado.
“Pidamos que sean posibles caminos de diálogo que permitan el entendimiento y un caminar fraterno para ese pueblo”. sumaron.
La Iglesia costarricense resaltó también que incluso el Papa Francisco ha pedido la oración por las detenciones de obispos y sacerdotes en esa nación.
Más persecución en Nicaragua
Desde el estallido social del 2018 el régimen sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo colocó a la Iglesia Católica entre sus blancos de persecución.
Valiéndose de las leyes sobre “traición a la patria” y “representaciones extranjeras” se han aplicado medidas financieras, expropiaciones y hasta el cierre de universidades; pasando por la prohibición de realizar las actividades tradicionales cómo las procesiones.
A ello se suma también la persecución contra los líderes religiosos de Nicaragua. Algunos cómo el Obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, supera los 500 días detención y le espera una de más de 20 años con tintes políticos. Otros, cómo el Arzobispo Auxiliar de Managua, Silvio Baez, han pasado al exilio.
En los últimos días se sumó la detención de un segundo obispo. En este caso se trata de Isidoro Mora, destacado en Siuna.
Sobre este caso se pronunció incluso el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. El proceso de detención y la falta de información que maneja el sandinismo han llevado al ente incluso a comparar la situación con una “desaparición forzada”.
EE.UU. pone el ojo en situación religiosa
La situación de la Iglesia Católica generó también que esta semana Estados Unidos incluyó a Nicaragua en su lista de naciones sin libertad confesional.
En el listado también figuran Myanmar, China, Cuba, Corea del Norte, Eritrea, Irán, Pakistan, Rusia, Arabia Saudita, Tajikistán y Turkmenistan.
El Secretario de Estado, Antony Blinken, apuntó que se les señala “como países de especial preocupación por haber cometido o tolerado violaciones particularmente graves de la libertad religiosa”.
“Los gobiernos deben poner fin a abusos como los ataques contra miembros de comunidades religiosas minoritarias y sus lugares de culto, la violencia comunitaria y los prolongados encarcelamientos por expresión pacífica, la represión transnacional y los llamados a la violencia contra las comunidades religiosas, entre otras violaciones”, agregó el pronunciamiento.
