Sergio Arce
María Alicia Flores, vecina de Oreamuno de Cartago de 76 años, nunca olvidará el 10 de abril. Ese día un toro se escapó de un lote y la embistió mientras se encontraba por el sector de San Rafael.
El animal la atacó de espaldas y ella cayó boca abajo y quedó inconsciente por unos instantes mientras el toro le pasaba por encima.
Cristina Pacheco, su hija, relató a El Observador que unos vecinos de la zona la atendieron mientras ella llegaba en auxilio de su madre.
Una vez en el sitio todos optaron por no moverla por temor a que tuviera alguna lesión delicada que la pudiera comprometer.
Así que esperaron a que llegara la unidad de Cruz Roja que la estabilizó y la trasladó al hospital Max Peralta, donde ingresó cerca de las 10 a.m. y salió a la 1 a.m. de este jueves, contó Pacheco.
“Mi mamá es un roble. Es fuerte y se está recuperando de las lesiones. Ahora la llevaron para que la hagan unas placas para descartar algo más.
“Ella dice que es un milagro que esté viva. Ella es muy cristiana y cree en Dios y en la virgen y cree que los ángeles la protegieron”, agregó Pacheco.
Las heridas y la responsabilidad del dueño
Producto de la embestida, la adulta mayor sufrió heridas en su cara, hombro derecho y glúteos. De hecho, ella tiene un hematoma importante en el ojo izquierdo.
Una vez el toro la atacó prosiguió su camino y puso a correr a una mujer que paseaba a su perrito. Pero, más adelante, frente al Maxi Palí de la localidad el animal atacó a otro adulto mayor.
Consultada si la familia ha buscado al dueño del toro, Pacheco indicó que no, pero confía en que esta persona se acerque.
La idea es que no solo se preocupe por el estado de salud de su progenitora, sino que haga frente a los gastos médicos privados.
La hija de María Alicia descartó que sus allegados estén pensando en tomar acciones legales contra las personas responsables del toro. “Mi mamá sabe que no fue culpa del dueño o dueños. Que posiblemente se les fue de las manos. Pero sí espera que se acerquen”, comentó.
