Desde la Columna
Por José Vicente Troya Rodríguez. Representante Residente Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Costa Rica
La crisis climática es la mayor amenaza para la sobrevivencia de la humanidad. Este es el consenso de países, comunidad científica y toda la cooperación internacional. Aun así, las personas en puestos de decisión, las autoridades, las empresas privadas de todos los sectores, ¡todos los sectores!, no hemos logrado ponernos de acuerdo.
No solo enfrentamos a la crisis climática, también afrontamos el espejo en la crisis climática sobre nuestra poca aptitud y voluntad para resolver de manera conjunta como humanidad grandes problemas. Tenemos la ciencia indicando qué se debe hacer; tenemos soluciones a una buena parte de las emisiones de gases de efecto invernadero – causante del exacerbado calentamiento global –; pero por muchísimos años se ha tomado poca acción, porque toca directamente intereses económicos de varios actores: países, empresas y otros.
El consenso científico mundial y también de las personas no se traslada a cambios estructurales. ¿Quiénes tienen claridad sobre esta inacción? Las juventudes.
Las juventudes tienen la energía y alzan la voz para exigir la toma de decisiones transformadoras. Las personas jóvenes desencadenaron un movimiento global, tanto en redes sociales como en las calles. En el 2019, durante la Movilización Mundial por el Clima, despertaron acción social en más de 4.500 comunidades en 150 países.
Juventudes merecen más espacios
El activismo sin precedentes de las personas jóvenes de todo el planeta refleja su poder, para exigir que quienes toman decisiones rindan cuentas. Su mensaje es claro: la generación de mayor edad fracasó, y son las y los jóvenes quienes lo pagarán íntegramente con su propio futuro.
Las juventudes no solo son víctimas de la crisis climática, sino que son protagonistas de la acción climática. Son agentes de cambio, emprendedoras e innovadores. Las personas jóvenes, ya sea a través de la educación, la ciencia o la tecnología, están aumentando sus esfuerzos y utilizando sus habilidades para acelerar las medidas de acción climática.
Desde hace mucho, participan en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En marzo pasado en Costa Rica, la Red de Juventudes y Cambio Climático se reunió con Alok Sharma, presidente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año (COP26), insistiendo en la necesidad de ser incluidas en los procesos de toma de decisiones.
Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) apoyamos esta demanda. ¿Pero cómo plasmar la representación de estas voces en acciones concretas? Costa Rica se ha comprometido a tener a personas jóvenes en su delegación desde hace varios años.
AL campo con las juventudes
La Encuesta Nacional de Cambio Climático, que presentamos en mayo junto al Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), evidenció que la mayoría de las personas está preocupada por la crisis climática, y considera que debe ser prioridad para la Presidencia de la República y la Asamblea Legislativa.
Al mismo tiempo la Encuesta indicó que las personas jóvenes – entre 18 y 35 años – reportaron menor preocupación y frecuencia de pensar en el cambio climático. ¿Por qué esta aparente paradoja? Desde PNUD consideramos que se debe profundizar en la investigación, pero más que eso debemos aceptar y unirnos a tantos esfuerzos de varios grupos de juventudes en el país.
Por ejemplo, ya trabajamos con personas productoras del Área de Conservación La Amistad-Pacífico (ACLA-P) proveyendo insumos para que su cultivo agrícola sea más resiliente ante el cambio climático y mitigue gases de efecto invernadero.
Costa Rica se esfuerza para que las personas jóvenes estén integradas en las políticas públicas para enfrentar la crisis climática.
La Contribución Nacionalmente Determinada 2020, la NDC actualizada, nos manda a alcanzar una transición justa, la justicia social y climática sin dejar a nadie atrás. La contribución 10.10 dicta que al 2022, Costa Rica debe haber generado un Plan para la Integración de las Juventudes en la Acción Climática.
Y la 10.11 genera el compromiso de que al 2024 se fortalecerán las estructuras para la incorporación de las juventudes y la niñez dentro de las acciones para el empoderamiento climático, incluyendo el establecimiento de un Foro Anual para Juventudes en Acción Climática como parte del eje de acción climática de la Política Pública de la Persona Joven 2020-2024.
Debemos pasar de palabras y acuerdos a la acción. Escuchando, conectando, pero sobre todo actuando junto a las personas jóvenes, impulsando su participación y liderazgo.
(Los artículos de opinión publicados en El Observador presentan la voz y opinión del autor. Como medio, nuestro objetivo es ofrecer a los lectores una amplia gama de ideas sobre eventos de interés periodístico o temas de gran interés público pero las opiniones vertidas en esta sección no representan la posición del medio.Si desea publicar un artículo de opinión escríbanos a info@observador. cr)
Desde la Columna
