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Alejandro Trejos para El Observador
Solemos decir que el tiempo pasa rápido, por lo que recordar que este 2023 se cumplen seis años de la aprobación de la Reforma Procesal Laboral confirma la anterior afirmación.
Hace seis años había mucha expectativa tanto en patronos como en trabajadores sobre qué cambios traería la Reforma (RPL). Y si esta generaría una afectación de derechos o un desbalance en favor de alguna de las partes. Hoy, con la certeza que da el tiempo, podemos hacer los siguientes comentarios:
- Discriminación: la RPL tomó cerca de 12 años de discusión para que se convirtiera finalmente en Ley y vino a regular temas trascendentales para la realidad nacional y el desarrollo de las relaciones laborales. Definitivamente, hoy podemos afirmar que uno de los grandes cambios en la RPL es la atención y cuidado que la mayoría de los empleadores en el país ponen al tema de la prevención de la discriminación.
Son 15 categorías de protección que quedan abiertas a la posibilidad de otras circunstancias por las que distintas personas puedan sentirse discriminadas.
La reinstalación en caso de despido representaba el mayor temor, ya que en los primeros meses generaba la orden de reinstalación casi inmediata. Pero con el pasar del tiempo tenemos criterios un poco más unificados a nivel judicial y la necesidad de pruebas o al menos indicios, encaminados a demostrar la situación denunciada.
Con respecto a cómo evitar la discriminación en procesos de reclutamiento y selección, en la etapa contractual y al momento de la terminación, cabe señalar que una adecuada capacitación puede eliminar riesgos innecesarios en las organizaciones.
- La conciliación como medio de resolución de conflictos: disminuir el tiempo de tramitación de los procesos laborales era también uno de los objetivos principales de la RPL. Si bien los datos nos confirman que la disminución no fue tan representativa como se esperaba, podemos afirmar que la promoción de la conciliación, tanto en sede judicial como en Centros del MTSS o incluso en Centros Privados, desjudicializó una cantidad importante de conflictos que, de otra forma, habrían generado expedientes judiciales y un acceso a la justicia menos eficaz en el tiempo.
Las conciliaciones usualmente inician advirtiendo a las partes que podrían no ver satisfechas todas sus pretensiones, pero en caso de llegar a un acuerdo el elemento tiempo es favorable y usualmente el monto acordado se paga inmediatamente o en menos de una semana.
- Derecho Laboral Colectivo: tal vez este fue uno de los aspectos que más atención generó con la aprobación de la RPL. Se actualizaron procesos, se otorgaron distintas herramientas, pero la realidad laboral en el país no cambió, a pesar de la aprobación. La población sindicalizada se encuentra mayoritariamente laborando en el sector público y la cantidad de esa población, así como el número de sindicatos permaneció sin cambios significativos, mientras que el solidarismo sigue siendo el movimiento predominante en el sector privado del país.
- Defensa Pública Laboral: ser trabajador y no contar con los medios para pagar un abogado era una limitante importante antes de la RPL. Con su aprobación y la creación de la Defensa Pública Laboral, la balanza se equilibró a favor de los trabajadores. Según datos del Poder Judicial, el 60% de los actores (personas que demandan) son hombres, mientras que solo un 40% son mujeres. Definitivamente, este es un dato que veremos emparejarse en los próximos años gracias a esta figura del ordenamiento jurídico. Lo mismo ocurre con la cantidad de personas extranjeras que demandas a sus patronos, un dato que llama la atención, pues hubo cerca de 1500 casos de este tipo solo durante el 2020.
Temas pendientes
Ahora bien podemos hablar de temas pendientes en la RPL y la legislación laboral en general: ciertamente, la actualización de las regulaciones relativas a jornadas de trabajo en Costa Rica es importante.
Miles de trabajadores laboran esquemas no convencionales de jornadas en múltiples empresas en el país, por lo que urge un marco de legalidad para un tema que no cambia desde 1943, año de promulgación de nuestro Código de Trabajo, ya que el legislador nunca previó que hubiese empresas operando 24/7 los 365 días del año, dando soporte a distintos países o produciendo distintos bienes de alta tecnología para la exportación.
Por otro lado, el problema del desempleo se muestra como un monstruo de 7 cabezas: no existe un único factor que lo cause, sino la mezcla de varios aspectos que se han acumulado en el tiempo.
El futuro de muchas familias y la economía costarricense como tal están en juego cuando la población mayor de 15 años busca empleo y no lo encuentra, ante la falta de coincidencia de la oferta y la demanda de empleo en el país.
Por décadas, la legislación laboral se mantuvo sin mayores cambios; sin embargo, la RPL y la pandemia ocasionaron como consecuencia que el derecho laboral sea de los más dinámicos y cambiantes en estos últimos seis años, en nuestro país.
El reto es continuar por esa senda, generando mejores condiciones de trabajo para la población costarricense y atrayendo la inversión tanto extranjera como local, pues –como decían los abuelos–, “no podemos hacer chocolate sin cacao”.
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