Las brechas de género siguen presentes en diferentes ámbitos y la participación en cargos de mando de temas ambientales no es la excepción.
Aunque hay participación femenina en el trabajo de campo, esta no se traduce en una mayor inclusión dentro de los cargos políticos y de liderazgo.
Para muestra, los hallazgos del VI Informe país para la Convención de Diversidad Biológica 2014-2018:
- las mujeres representan solo el 27% del Consejo Nacional de Áreas Protegidas
- ocupan solo el 32% de los cupos en los Consejos Locales de Áreas de Conservación Marinas
- no hay una sola mujer en los Consejos Locales de Áreas de Conservación Forestales
Pequeños pasos para cambiar
La PreCOP25, celebrada esta semana en el país, sirvió de marco para visibilizar las desigualdades de género que se presentan en la materia.
“Este tema no había sido atendido anteriormente de forma integral”, admitió la viceministra de Recursos Naturales, Pamela Castillo.
Castillo adelantó que se lanzó un nuevo plan, para revisar el ordenamiento jurídico y crear un mecanismo de sostenibilidad financiera para el trabajo. El objetivo es lograr su “interiorización”; planes de acción que se sostengan a través del tiempo; y garantizar espacios para las mujeres en la toma de decisiones en la gestión de la biodiversidad a nivel político.
Para respaldar la iniciativa, el Minae – que no ha tenido una mujer al frente en los últimos 15 años – y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) firmaron el acuerdo para implementar el Programa Nacional sobre Igualdad de Género en el sector biodiversidad.
La meta es extenderla no solo al ministerio sino a sus dependencias encargas de áreas de conservación, gestión de biodiversidad y administración forestal.
El peso de la inclusión
Según el vocero del PNUD, Vicente Troya, no se puede hablar de desarrollo sostenible si la desigualdad de género se manifiesta en este ámbito.
“La participación de las mujeres en todas las áreas de la sociedad es esencial para lograr un cambio efectivo y duradero, no solo para ellas mismas, sino para toda la población y el país”, consideró Troya.
“No hay desarrollo sostenible sin igualdad de género y como tal es crítico fortalecer la gobernanza, el marco legal y el marco institucional sobre derechos de las mujeres y niñas en la sociedad costarricense”, concluyó.