Tomás Gómez
Irrespetando las recomendaciones del Ministerio de Salud por la emergencia del coronavirus, un grupo de 67 nicaragüenses pretendía este domingo viajar rumbo a su país en dos autobuses desde el centro de San José.
La operación fue desarticulada por la Fuerza Pública luego de sus oficiales notaran una aglomeración sospechosa en las inmediaciones del Ministerio de Salud.
Al llegar la policía todas las personas fueron localizadas aglomeradas dentro de uno de los buses, mientras que en el otro fueron halladas pertenencias como pantallas, bicicletas y otros electrodomésticos.
“Estamos impidiendo que esta gente viaje para garantizar la salud sanitaria tanto de nosotros como de ellos”, indicó el subdirector de la policía, Randall Picado
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Picado hizo un llamado a evitar este tipo de salidas y aprovechar la tecnología para evitar la exposición.
“A los empresarios privados autobuseros y transportistas un llamado a la consciencia, ¡cuidemos Costa Rica! No hagamos este tipo de servicios porque vulnerabilizamos a nuestras familias. Podría ser un familiar suyo el que se contamine con el virus”, agregó el oficial.
En la acción policial participaron también las autoridades de Tránsito, Migración y de la Municipalidad de San José.
Otra realidad y nuevas reglas
Las autoridades locales y los sectores productivos ya han mostrado su preocupación por cómo sus pares del vecino país han estado manejando la pandemia.
Carnavales y maratones forman parte de los espectáculos que sigue desarrollando la dictadura sandinista.
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Aunque el cierre de fronteras no prohíbe las salidas del país, se ha insistido en que los extranjeros que abandonen el territorio nacional tendrán congelado su permiso migratorio mientras la declaratoria de emergencia se mantenga.
Días atrás trascendió además que el Ejército de Nicaragua estaría vigilando la frontera, sobre todo en los “puntos ciegos”, para tener más controlada la región.
