Mariana Mena
Los expertos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori) destacan que las emisiones de gases y ceniza del volcán Poás han disminuido en los últimos días.
Según explicó el vulcanólogo Maarten de Moor, no se tiene certeza sobre la razón que está generando esa baja en la actividad del macizo.
“Inclusive también las señales sísmicas están bajando poco a poco, hay una tendencia muy paulatina de disminución. Los procesos que generan esos cambios son pequeños, considerando todos los posibles escenarios para un volcán activo, y saber exactamente qué genera esas fluctuaciones pequeñas en la actividad, es difícil de decir con certeza”, indicó.
Desde el Ovsicori también señalan que, de momento, no se ha visto movimiento de magma a la superficie.
“Cualquier volcán activo es porque tiene presencia de magma en la corteza y los gases que son emitidos por el volcán vienen del magma, pero lo que no hemos visto es una erupción con magma en el Poás”, aclaró Moor.
La última erupción con esas características en este volcán fue en el 2017.
“Es importante resaltar, que si bien han disminuido las desgasificaciones, las imágenes nos muestran que el volcán no para, entonces es esperable que las personas sigan percibiendo olor a dióxido de azufre al oeste o suroeste del volcán”, aclaró el experto.
Un recorrido hecho con un drone este jueves, a cargo del vulcanólogo, Geoffroy Avard, muestra imágenes del volcán y como la salida de gases y vapor no se detiene.
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Impacto de la lluvia en la actividad
El ingreso de la época lluviosa a Costa Rica sería de gran beneficio para disminuir la ceniza y los gases que se emiten al ambiente por el volcán Poás.
María Martínez, experta en geoquímica del Ovsicori, explicó que se espera que el sistema hidrotermal del macizo se recupere y que, inclusive, se genere un nuevo lago en el cráter activo.
“Las lluvias que estamos esperando alimentarían el reservorio de agua con suficiente lluvia y compensarán el déficit que se ha dado en 2023 y al inicio de este 2024.
“Estamos en un periodo de sequía que ha hecho que los sistemas hidrotermales, como el del volcán Poás, se reduzcan y dando como efecto la desaparición del lago, la emisión de fumarolas y ceniza al ambiente debido a la falta de agua”, explicó “Martínez.
Este panorama se daría por el ingreso del fenómeno La Niña, que genera condiciones de lluvia mucho más fuertes y constantes a partir de mediados de año.
La experta del Ovsicori destaca que el agua juega un papel muy importante en la desgasificación de fumarolas, la liberación de calor y gases al ambiente.
“Con una buena cantidad de lluvia y un sistema hidrotermal recuperado, se puede reducir la liberación de gases magmáticos al ambiente, la liberación de calor desde el magma”, enfatizó la especialista.
“El agua subterránea y el lago cratérico actúan como un sistema de amortiguamiento; le resta fuerza a la desgasificación de gases magmáticos y a la liberación de calor”, señaló.
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