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@Popcorn506 para El Observador
Desde que Disney ha tomado las riendas de la franquicia de Star Wars, ha habido tragos de todos los estilos.
En general, para los más fieles seguidores de este universo, los resultados han sido positivos, mientras que para espectadores más alejados sentimentalmente no se puede decir lo mismo.
Del conjunto de películas que se han ido estrenando año tras año, sin duda lo mejor ha sido poder volver a ver a muchos de esos personajes, y sus actores reencarnándolos.
En cuanto a su plataforma, Disney consiguió tocar el cielo artístico y comercial con una serie que sorprendió a propios y extraños, gratamente, claro está.
Hablamos de The Mandalorian, que no solo se puede considerar la mejor producción de Disney+ en los últimos años, sino que también la podemos incluir entre las mejores series de la última década. Toda una referencia, sin duda.
Con estos dos tipos de antecedentes, nos podemos hacer una buena idea de lo que la serie de Obi Wan supuso para la imaginación de todos los seguidores.
Era la fantasía de ver de nuevo en acción a Ewan McGregor y a Hayden Christensen con sus espadas láser.
También de sentir la emoción de lo que esos universos, esos escenarios, esas arenas de planetas lejanos revoloteando delante de los ojos mientras algunos motores sucios y oxidados roncan al despegar.
No vamos a levantar demasiado las manos. No queremos decir que Obi sea la mejor serie ni el mejor producto de Star Wars.
Ni siquiera hemos podido disfrutar aún del final de la serie o, al menos, de la temporada. Porque esa es otra historia; se planteó como miniserie y no tenemos la certeza de que no vaya a haber continuación.
Pero vamos a lo que importa
Obi Wan Kenobi trata, principalmente, de la reaparición del maestro jedi y de su papel en el rescate de la pequeña Leia Organa cuando esta cae en manos del imperio.
Esta niña, cuyo personaje está desarrollado con un mimo y una gracia particulares, está encarnado por la maravillosa Vivien Lyra Blair quien ha supuesto una gran sensación por su impresionante desparpajo.
Frente a ellos, destaca el personaje y el trabajo de Moses Ingram, una actriz a la que vimos con un interesante papel en la no tan antigua Gambito de dama y que aquí demuestra que tiene un talante y un talento que seguramente seguiremos descubriendo en los próximos tiempos.
Entre los aspectos más positivos para nosotros destaca esa capacidad que tienen los creadores y partícipes de esta saga en la creación de nuevos mundos, personajes y escenarios.
Es una cantidad de imaginación sorprendente que, gracias a las capacidades técnicas y económicas que hay detrás, cumple con los estándares y las expectativas.
También cumple todo lo referente a la nostalgia y muchos aspectos que los fans más antiguos pueden ir pensando y esperando, aunque hay determinados flashbacks que no nos acaban de funcionar, no por fuera de lugar, sino porque parecen más relleno que otra cosa.
No nos decepcionemos… aún
Si hay algo que para muchos puede resultar un poco decepcionante, pero que somos conscientes de que puede cambiar. Esto porque la serie va evolucionando de episodio en episodio, al menos por lo que llevamos visto, es la ausencia de profundidad en algunos momentos puntuales y, puede, en la interioridad del personaje principal.
No vamos a sentirnos aún decepcionados, repetimos, pero somos conscientes de que el potencial de esta serie y de Obi-Wan Kenobi en concreto son tan grandes que nos apenaría pensar que no son capaces de exprimirlo y servirlo en copa de lujo.
Seguiremos informando, con ilusión y una nueva esperanza, como siempre.
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