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Perezosos luchan por aferrarse a la vida tras sufrir descargas eléctricas

Desde buena mañana, la veterinaria Martha Cordero prepara algunos trozos de zanahoria, espinaca y hojas tiernas; el menú de “Osa”,…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Perezosos luchan por aferrarse a la vida tras sufrir descargas eléctricas
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Desde buena mañana, la veterinaria Martha Cordero prepara algunos trozos de zanahoria, espinaca y hojas tiernas; el menú de “Osa”, una perezosa que hace dos meses se recupera de graves heridas provocadas por electrocución.

La perezosa vivía en los alrededores de Nueva Zelandia en Guanacaste, y fue encontrada malherida por algunos vecinos, que no dudaron en llamar a los bomberos, quienes la llevaron al Centro de Rescate Las Pumas, en Cañas.

Cuidar a Osa es un trabajo demandante, algunas veces rechaza el alimento ofrecido por Cordero, quien trabaja en ese centro.

Sin embargo, la joven perezosa tendrá que acostumbrarse a los cuidados, porque volver a su hábitat ya no es una opción: las quemaduras provocaron la pérdida de una de sus patas y otra de ellas ya no funciona como solía hacerlo.

Aunque se desconoce con exactitud la cantidad, grupos de rescate estiman que al menos 200 perezosos al año son víctimas de electrocución al intentar cruzar de un parche de bosque a otro, separados muchas veces por carreteras.

De acuerdo con los veterinarios, la gran mayoría no corre con la suerte de Osa y mueren tras el impacto, o bien,  deben ser eutanasiados por la gravedad de sus heridas.

“Unos quedan muertos en el lugar, otros sobreviven pero con graves heridas, algunos vienen ya con gangrenas; la electrocución lo que hace es cocinarlos, mejor dicho, les destroza los músculos y la piel”, contó la veterinaria.

El centro de rescate Jaguar, en Puerto Viejo de Limón, calcula que al año más de 3000 animales silvestres sufren electrocución, encabezando la lista los perezosos y los monos.

Usan los cables como puentes

Caracterizados por su lentitud en el desplazamiento, estos animales pasan la mayoría de las horas entre las copas de los árboles.

Allí, en las alturas, logran evitar a sus depredadores y alimentarse con tranquilidad. Rara vez bajan, y cuando lo hacen, algunos intentan cruzar por la carretera.

Otros, la atraviesan a través del tendido eléctrico, una acción casi fatal para el mamífero.

De acuerdo con la veterinaria de Las Pumas, los animales electrocutados implican un largo tiempo de atención y cuidados, ya que las consecuencias suelen ser muy graves.

Tras el impacto, la temperatura de los animales puede aumentar tanto, que algunos mueren de fallos multiorgánicos.

Además, las quemaduras son profundas y en muchos casos, alguna de sus extremidades debe ser amputada.

“Son animales delicados, es difícil que acepten cosas nuevas, y hay que cuidar muy bien el ambiente para que no se estresen y enfermen”, dijo Cordero.

La mayoría de estos animales malheridos son trasladados a centros de rescate privados, ya que el Estado no cuenta con espacios para atención de fauna.

Centros de rescate, su gran esperanza

En los últimos tres años, pese a que no se dedica a la atención de estos animales, el Centro de Rescate Las Pumas, ha recibido a 8 perezosos de dos dedos con graves quemaduras por descargas eléctricas.

Por su parte, el centro de rescate Jaguar, ubicado en Puerto Viejo de Limón, recibe entre 25 y 30 animales electrocutados al año, de los cuales únicamente sobreviven el 30%.

De los animales recibidos, el 70% son perezosos y monos. Otros como ardillas, zorros, aves y reptiles son quienes continúan la lista de víctimas de quemaduras.

“Salvar al animal suele implicar severas amputaciones de extremidades y grandes zonas de piel afectada”, explican en Jaguar Rescue.


Los perezosos son endémicos de los bosques húmedos de Centroamérica y América del Sur. (Foto cortesía del Instituto Costarricense de Turismo).

También existe el Toucan Rescue Ranch, en Heredia, un lugar de rescate que trabaja de forma directa con perezosos.

“Cacao” no aguantó la descarga

El 22 de setiembre del 2018, el Toucan Rescue Ranch recibió a Cacao, un perezoso macho con quemaduras por electrocución, quien además presentaba mordeduras de algún animal en sus extremidades y su cara.

Aunque Cacao fue atendido, el animal murió por hemorragia interna, causada por el fuerte impacto de energía que recibió.

Estos son solo tres de los refugios de animales silvestres que han tenido que competir contra el tiempo y los recursos para salvar a grandes mamíferos electrocutados.

Y aunque el Estado no cuenta con los recursos para atender los cientos de casos de animales heridos por descargas, en mayo del año anterior, se emitió una directriz para que las compañías que ofrecen servicios de energía tomen las medidas necesarias para evitar estos accidentes.

Algunas de las acciones van orientadas a la colocación de aislantes térmicos en los cables y los transformadores de electricidad, así como la implementación de puentes aéreos para el paso de la fauna y otras herramientas para que los animales no lleguen hasta el tendido eléctrico.

Electrificadoras trabajan en prevención

De acuerdo con información suministrada por el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), al menos el 75% de las empresas electrificadoras están implementando acciones para reducir impactos de energía en la fauna silvestre, tras la creación de la Guía para la Prevención y la Mitigación de la Electrocución de la Fauna Silvestre.

Estas herramientas, según el Minae, se originaron ante la urgente necesidad de minimizar el riesgo de la fauna que convive a diario con el tendido eléctrico, principalmente en áreas vulnerables como parques nacionales, refugios, reservas forestales y otras zonas con abundante vegetación y presencia de fauna silvestre.

Además de la disminución de animales afectados por electrocución, estas acciones favorecen la reducción de costos económicos generados por la reparación de averías en transformadores y tendidos eléctricos.

Entre algunas acciones, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), ha colocado más de 1500 dispositivos anti-escalamiento, en cables de anclaje de la Línea de Transmisión en áreas de conservación. Estos mecanismos evitan el ascenso de animales al tendido eléctrico.  

Además, se han colocado y reparado más de 40 pasos aéreos para este tipo de fauna.

Por su parte, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) ha instalado más de 470 kilómetros de cable semi-aislado, que protege a la fauna de la electrocución.

También ha colocado 11.000 dispositivos anti escalamiento, 20.000 dispersores de aves y 226 pasos aéreos para la fauna.

Cooperativas de electrificación como Rural Los Santos (Coopesantos) y Rural de San Carlos (Coopelesca), así como la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) también han generado acciones como la identificación de las zonas con mayor riesgo, la instalación de dispositivos de blindaje, la utilización de pintura dieléctrica que aísla gran cantidad de voltios, entre otras.

Aunado a estas acciones, se han generado alianzas estratégicas con diversos centros de rescate a lo largo del país, para la atención de animales heridos por descarga eléctrica.

Actualmente, las autoridades trabajan en el análisis de los registros de casos reportados como averías, causadas por fauna silvestre que entra en contacto con la red eléctrica.

Estos datos permitirán la elaboración de mapas georeferenciados que muestran los “puntos calientes” de averías, para priorizar las medidas preventivas y así evitar que a perezosos como Osa o Cacao se les ocurra usar los cables como puentes y sufran las fuertes descargas.

Fotografías: Instituto Costarricense de Turismo (ICT).

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