Tomás Gómez
Una de las principales apuestas del Gobierno para el rescate de Japdeva pasa por el recorte de su planilla, la cual tiene menos labores que atender desde que entró en operaciones la Terminal de Contenedores de Moín (TCM).
Las intenciones están plasmadas en el proyecto de Ley 21426, trasladado del Poder Ejecutivo al Legislativo y que permitiría la movilidad laboral, el traslado de empleados y las jubilaciones anticipadas.
“Es muy importante que de manera ágil ese proyecto sea discutido y aprobado porque sino vamos a seguir teniendo un desbalance entre una planilla pensada para una operación que ya no existe y eso le va a costar al país”, plantea el presidente Carlos Alvarado.
Movilidad y pensiones
La iniciativa en cuestión lleva el nombre de “Ley de modernización de Japdeva y protección de sus personas servidoras” y según Casa Presidencial fue preparado entre Japdeva, su sindicato, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Obras Públicas y Transportes.
“Es un primer proyecto que pretende reducir la operación en la proporción que se redujo por la entrada en operación de la TCM protegiendo a los mayores de 55 años, con poca formación y con salarios menores al millón de colones”, señaló el mandatario.
Pese a la premura que Casa Presidencial le inyecta al proyecto, este no ha sido asignado aún a ninguna comisión legislativa para iniciar su tramitación.
Mientras tanto, un rescate
En medio del debate por la transformación de Japdeva, el Gobierno pidió también a la Asamblea Legislativa su autorización para darle un rescate de cerca de ¢22,000 millones.
Aunque aduce que la mayoría de los recursos serían precisamente para financiar el recorte de planilla, ¢5.752.908.243 se usarían para que la institución pague salarios durante los próximos tres meses.
Alvarado defendió esa medida, aduciendo que los recursos se obtuvieron por la renegociación de la deuda que se hizo, pues de lo contrario serían fondos que usarían para el pago de intereses.
¿Qué hacer ahora?
En una comparecencia legislativa, la semana anterior, la Contraloría General de la República achacó los problemas de Japdeva a la falta de toma de decisiones que ha caracterizado a la institución en los últimos diez años.
El Gobierno, por su parte, se sacude y dice que hasta ahora toma acciones con respecto a este tema debido a que el año pasado los esfuerzos se centraron en la aprobación de la reforma fiscal, además de que la TCM no había entrado en funcionamiento.
Para el personal que quede en Japdeva, el Ejecutivo tiene previsto darles tareas cómo la administración de los recursos que APM traslade por la concesión, así cómo la incursión en nuevos proyectos entre los que destacan una nueva terminal de cruceros, una marina y hasta la participación en un tren eléctrico de carga.
