Hermes Solano
En la celebración del Día del Niño este 9 de setiembre hay un dato que genera preocupación en las autoridades del país.
Los niños son víctimas de delitos, en su mayoría, a manos de sus propios familiares: padres, madres, padrastros, madrastras o familiares cercanos.
Así se desprende del informe presentado por la Fiscalía Adjunta de Atención de Hechos de Violencia en Perjuicio de Niñas, Niños y Adolescentes (FANNA).
“Por lo general, los niños, sobre todo los más pequeños que están en su hogar, son víctimas de delitos por sujetos activos que están en su misma casa”, dijo Rocío De la O Díaz, fiscala adjunta de ese despacho.
“Pero también, eso se puede trasladar a personas cercanas, que no necesariamente están en el hogar, pero que sí tienen una relación con la familia, como los vecinos, una persona cuidadora. A veces en las escuelas o colegios también se dan situaciones”, añadió.
Abusos, negligencia y violencia son los delitos que se cometen contra los infantes en Costa Rica.
“Las personas menores de edad son seres humanos totalmente frágiles, que requieren de cuido y protección por parte de padres y madres o de personas cuidadoras”, dijo la fiscala Floribeth Rodríguez.
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En todos los estratos
Las estadísticas de la FANNA indican que en la zona central del país se presentan más casos en contra de los niños.
Estos hechos no están relacionados estrictamente al estrato social de la familia, pues las autoridades son claras que las denuncias se dan en personas de toda condición social y económica.
La Fiscalía fue clara en enviar un mensaje a los centros educativos para que tomen su rol y se conviertan en aliados de la denuncia de estos delitos, dado que es en la escuela o colegio donde se revelan detalles ligados a la situación.
“Maestras y maestros deben estar atentos a las niñas y los niños; observen su comportamiento, puede haber un cambio, que un día llegue con un ojo golpeado”, dijo Rodríguez.
También hay otras señales a tomar en cuenta como “que una persona que nunca utilizaba suéter use uno durante toda una semana; o que se aísle, que no quiera hablar con nadie, no quiera jugar; todas estas situaciones podrían decir que algo está sucediendo”.
