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@Popcorn506 para El Observador
En la vida real, hay temas de los que resulta complicado hablar. El cine, aunque ficción, suele reflejar alguno de esos temas tan reales, con su propio lenguaje, y muchas veces con un gran acierto.
Aquí estamos ante una de estas ocasiones, por desgracia, no tan frecuentes: Promising Young Woman es una pequeña joyita que esperamos que no pase tan inadvertida como apunta en esta pandemia.
Porque Promising Young Woman es como un golpe de aire fresco en la cara. Es un toque de atención que suena tan espontáneo como eficaz y, a la vez, es una película que resulta agradable y entretenida de ver.
Un abuso sexual
No vamos a hacer un resumen extensivo de la trama, porque lo importante no es que cuente la historia de una chica que se quiere vengar de unos universitarios que han abusado sexualmente de su mejor amiga con las peores consecuencias.
Lo importante es que, ante un tema tan delicado, nos sentimos privilegiados por atender a una perspectiva de esas que parecen tocadas por un ángel, porque aúnan la elegancia y la justicia que otras no alcanzan.
Y es que, en los tiempos que corren, resulta complicado tratar temas como estos sin que alguien resulte ofendido.
Y este es un riesgo aún mayor cuando hablamos de productos de ficción. Pero, como en todas las buenas críticas y análisis, cuando se realizan con la inteligencia precisa y con un poquito de humor, todo es más eficaz.
Salvando mucho las distancias, es algo que ya se hacía en el Hollywood clásico cuando, a través de las comedias, se atacaban a los mayores peligros a los que se enfrentaban las sociedades de aquellas décadas.
No es cine clásico ni comedia romántica
En este caso, el aura no es de cine clásico ni de comedia romántica. Más bien, podríamos decir que la estética recuerda mucho más al cine actual que se hace en la California con aires más independientes, incluso por elementos que pueden recordar a las comedias teen de humor negro.
Porque, en el fondo, ese es el tipo de humor que se aplica en esta película. Es un humor oscuro y muy sutil, que ayuda a dar el equilibrio necesario a unos personajes que, como vamos a explicar ahora, tienen un realismo que deslumbra.
Indudablemente, el factor que determina que estos personajes funcionen tan bien y llamen poderosamente la atención es la calidad interpretativa de los protagonistas. Y, principalmente, de Carey Mulligan.
El brillo de la protagonista
Esta actriz, a la que hemos visto recientemente en The Dig y, anteriormente, en obras como Suffragette, Drive o Shame, ya ha demostrado completamente su enorme talento interpretativo.
Pero, honestamente, lo que consigue en esta película es algo espectacular. Un personaje complicado, con tantas capas, al que consigue dotar de cercanía y credibilidad en menos de dos horas.
Gestos, sonrisas, miradas, que no recuerdan a Carey Mulligan, como a veces ocurre con muchos actores, sino que retratan a la propia Cassie.
No a tan buena altura, pero sí entrañable y bien elegido, Bon Burnham pone el contrapeso a Cassie con el papel de Ryan.
Mientras que otros actores conocidos, como Allison Brie, Connie Britton o Alfred Molina le dan consistencia al conjunto, algunos con más empaque que otros.
Buena labor y buen debut de la directora, Emerald Fennell, también guionista, que sabe sacar el máximo partido a una historia interesante desde el punto de vista del entretenimiento y del mensaje.
Aquí hay algo que contar, se cuenta y, además, se hace de un modo interesante. ¿Qué más se le puede pedir a una película hoy en día?
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