Cultura

Puente centenario ubicado sobre el río Toro es declarado Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica

Sobre el río Toro, límite cantonal entre Río Cuarto y San Carlos, existe un centenario puente de unos 24 metros…

Por Sergio Arce

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Puente centenario ubicado sobre el río Toro es declarado Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica
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Sobre el río Toro, límite cantonal entre Río Cuarto y San Carlos, existe un centenario puente de unos 24 metros de largo y escasos dos metros de ancho que se construyó para el paso de jinetes y carretas con bueyes.

Dicho puente, que luce casi engullido por la densidad del bosque lluvioso en los predios del proyecto hidroeléctrico Toro 3, acaba de obtener una distinción: la declaratoria como Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica.

“Junto al puente del río La Vieja, estructura declarada patrimonio en 1995, el puente sobre el río Toro constituyó en las primeras décadas del siglo XX la puerta de entrada a las vastas llanuras sancarleñas.

“Con ello, la oportunidad de explorar y explotar la riqueza agrícola, forestal, biológica y, en la actualidad, turística, de sus tierras. También permitió el desarrollo y bienestar de los habitantes de las poblaciones que ahí se estaban gestando, por tanto, esta estructura vial forma parte del devenir histórico, económico y social de esa región”, apuntó Sonia Gómez, historiadora del Centro de Patrimonio Cultural.

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Construcción entre 1922 y 1924

Hoy, la carretera por la cual pasa el queso, la piña, el ganado, la caña y muchos otros productos de las llanuras sancarleñas; tiene otra ruta, por eso, la popularidad del viejo puente vino a menos luego de 50 años de servicio.

No obstante, a pesar de vestirse continuamente de musgo y a la ausencia de unas cuantas piezas que adornaban sus barreras, no pierde su gallardía como tampoco su integridad patrimonial.

Según determinaron los profesionales del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, la estructura subsiste sin transformación, tal cual como fue construida entre 1922 y 1924.

“El puente antiguo sobre el río Toro permanece como testimonio del crecimiento económico de la zona y de la expansión agrícola hacia el noroeste del territorio nacional. También como también de los primeros puentes en concreto armado de Costa Rica que realizó la Dirección General de Caminos en sustitución de los de hierro y madera.

“Esta dependencia pública especializada justo inició sus labores ese mismo año de 1922”, según señala el estudio de declaratoria.

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Características del puente

Según indica el estudio hecho por los profesionales del Centro de Patrimonio Cultural, tipológicamente el puente es de arco inferior a la línea de calzada. Como todo puente, cuenta con dos accesos y en cada uno hay columnas enmarcando las entradas a ambos lados y de diferentes alturas en cada extremo. Esto debido a que los niveles del terreno que hay entre uno y otro no son iguales.

En la margen derecha del cauce, el nivel de acceso es de un metro por debajo del nivel general del puente. Por eso existe una pequeña rampa que se ensancha ligeramente con los aletones del bastidor.

En la margen izquierda, el nivel de acceso del terreno coincide con el nivel de la superficie de rodamiento del puente.

De las columnas salen las barreras laterales a todo lo largo de la estructura, aproximadamente 17 metros. Cada barrera posee cuatro columnas por lado y sobre estas quedan algunos elementos decorativos en forma de tetraedro.

Las barreras laterales que constituyen el puente, tienen una altura de un metro treinta centímetros desde el centro del puente hasta la margen izquierda y aumentan gradualmente desde el centro del puente hasta llegar a la margen derecha, alcanzando unos dos metros de altura.

Conocimiento popular y esfuerzo comunal

Según la investigación y de acuerdo con las referencias dadas por vecinos de la zona, Florindo Arce, un finquero de Venecia y gran conocedor del lugar, es la persona que localizó el mejor punto para construir el puente.

Arce ubicó un peñasco situado a dos kilómetros aguas arriba del anterior puente de hamaca “donde las rocas de ambos lados del río casi se juntan, dejando un claro o separación de menos de veinte varas”.

“Una labor que la memoria comunal destaca, pero las memorias oficiales no es la chorrea del piso y las barandas, pues pondrían a prueba el espíritu de solidaridad, cooperación y desarrollo comunal de estos pueblos.

“Lo anterior porque se debía hacerse con palas y de una sola vez, sin parar, pues de lo contrario se podría echar a perder toda la obra. Así, durante dos días y una noche, turnándose para no parar, alumbrándose con carburas y churucas, las cuadrillas de valientes hombres realizaron esta agotadora faena.

“Ellos estuvieron auxiliados por otras esforzadas colaboradoras, que fueron las damas, quienes se instalaron en un rancho grande, a modo de campamento, para cocinar los alimentos que dieron fuerzas a estos hasta terminar las obras”, describió la historiadora en el estudio de declaratoria.

Además de Arce, en esta ardua tarea se recuerdan algunos nombres, entre ellos:

  • Alfonso Pérez
  • Fenelón Quesada
  • Nardo Mesén
  • Eloísa Rodríguez
  • Belfor Méndez
  • Enrique Camacho
  • Oscar Kopper
  • Rafael Cascante
  • Ronulfo Picado

Es por todas estas razones que los profesionales del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural identificaron en el estudio para la declaratoria los valores de:

  • Antigüedad
  • Historia
  • Ciencia
  • Legado documental y testimonial
  • Significado
  • Simbolismo.

El puente es, además, el primer inmueble declarado patrimonio del novel cantón de Río Cuarto y el tercero de San Carlos, junto al puente del Río La Vieja y el templo de Venecia.

Al contar con declaratoria patrimonial se busca su conservación e impide, a la vez, su demolición o modificación.