Paula Ruiz
A una periodista perseguida en Nicaragua, que busca refugio en Costa Rica, le otorgaron cita para definir si es elegible hasta el 17 de noviembre de 2032.
Es por esta razón que la comunicadora interpuso un recurso de Habeas Corpus ante la Sala Constitucional, contra la Dirección General de Migración y Extranjería, el 14 de marzo pasado.
Acudió a los magistrados al tratarse de un periodo desproporcionado para obtener una cita.
Así, la Sala declaró con lugar su alegato y se especificó una violación al artículo 41 constitucional.
De esta manera, se ordenó a las autoridades de Migración a brindar la entrevista de solicitud de refugio, a más tardar, en seis meses.
“Se condena al Estado al pago de los daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo”, informó la Sala.
Principal refugio
Costa Rica es el principal país de refugio elegido por los profesionales nicaragüenses en comunicación. Desde aquí, han improvisado salas de redacción desde casas, con el objetivo claro de seguir informando a sus coterráneos.
Entre 2018 y 2022, se registró el exilio de 178 periodistas quienes comenzaron a huir a partir de la crisis política y social que desde hace cinco años afecta a Nicaragua.
La mayor crisis comenzó en abril 2018, con grandes movilizaciones, lideradas por estudiantes, quienes solicitaban la salida de Daniel Ortega.
Otros destinos donde los periodistas nicaragüenses buscan refugio, después de Costa Rica, son Estados Unidos y España.
Un informe de la organización Voces del Sur señala que solo en 2022 se clausuraron 31 medios de comunicación, 9 periodistas fueron condenados y hubo 703 violaciones a la libertad de prensa.
Asimismo, destaca que en ese año hubo agresiones a periodistas por el ejercicio de su profesión. Las mujeres comunicadoras fueron las más afectadas.
El informe detalla que la periodista Kalúa Salazar enfrentó 12 agresiones, Yahaciela Barrera 8 y Tania López de León 5.
“Los registros aquí documentados demuestran que el riesgo de las mujeres periodistas proporcionalmente es más alto, que el de los periodistas varones”, expone el documento.
La persecución contra los comunicadores guarda relación con exponer información relacionada con el régimen Ortega-Murillo.
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