El día estaba planeado para que se llevará cabo una de las tradiciones democráticas más sagradas, en los 244 años de vida independiente de los Estados Unidos. Sin embargo, el 6 de enero del 2021 pasará a la historia como “uno de los más infames”.
Con esas palabras el senador y líder de la mayoría, el demócrata Chuck Schumer, describió la forma en la que esta jornada será recordada luego del asalto al Capitolio protagonizado por simpatizantes radicales afines al presidente saliente, Donald Trump, la tarde del miércoles.
Poco antes, una de las figuras más reconocidas del Partido Republicano, el expresidente George W. Bush, tildó las imágenes que vio por televisión de “descorazonadoras y repulsivas. Así es como se disputan las votaciones en las repúblicas bananeras”, afirmó.
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El resultado: una mujer que recibió una herida de bala dentro del Capitolio y falleció horas después en el hospital. Tres personas más reportadas muertas en los alrededores del Congreso.
Pero, ¿cómo los Estados Unidos, la única democracia con más de 200 años ininterrumpidos, pasó a ser catalogada con uno de los términos despectivos que usualmente utilizaba para describir gobiernos tercermundistas, por sus mismos líderes políticos?
¿Qué pasaba hoy?
Aunque faltan dos semanas para la toma de posesión de Joe Biden, es apenas este miércoles que su elección quedaría ratificada de manera definitiva.
El peculiar sistema de elecciones, de Estados Unidos, pasa por: la votación popular, la del Colegio Electoral y una última revisión por parte del Poder Legislativo.
La Cámara de Representantes y el Senado tenían programada una sesión conjunta, tradición histórica en el proceso de cambio de gobierno y que, salvo un evento inesperado, no tendría por qué alterarse.
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¿Cómo cambió el escenario en el Capitolio?
Los legisladores fieles a Trump tenían el último cartucho: cuestionar los resultados de los estados adversos.
La revisión arrancó por orden alfabético con Alabama y Alaska, que respaldaron al republicano. Arizona, que votó demócrata, fue el primer escollo.
Senadores y representantes se dividieron para analizar el caso por dos horas pero no pudieron terminar la reunión.
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¿Qué encendió a los seguidores de Trump?
El actual presidente comenzó a promulgar teorías de fraude desde antes de las elecciones y las intensificó desde que perdió en noviembre.
Mientras el mundo celebraba las fiesta de Navidad y Año Nuevo, Donald Trump no desaprovechó sus redes para invitar a sus seguidores a acompañarlo en Washington el 6 de enero y no necesariamente era para celebrar el Día de Reyes.
Aunque se habían realizado otras protestas, las de esta semana se intensificaron ante la cercanía de la ratificación.
El movimiento arrancó el martes y el miércoles hubo una plaza pública donde el propio Trump llamó a no darse por vencidos.
¿Cómo ingresaron al Capitolio?
Tras retirarse del mitin organizado, decenas de miles de simpatizantes comenzaron a congregarse alrededor del edificio legislativo. A medida que la turba comenzó a crecer, la policía del Capitolio -compuestas por 2.300 efectivos- quedó claramente superada.
Cuando los radicales se dieron cuenta de que era mayoría, alrededor de las 2:00 p. m. (hora de Washington), miles de ellas acometieron contra las fuerzas de seguridad, las cuales decidieron hacer una retirada para salvaguardar a las personas dentro del inmueble.
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¿Cómo se recuperó el orden?
Sin capacidad de respuesta, la policía local estuvo respaldada por el Servicio Secreto y luego por la Guardia Nacional, que envió respaldos del estado vecino de Virginia.
Sin embargo, mientras estos refuerzos llegaban a la escena, los simpatizantes de Trump se apoderaron del Capitolio, ingresando a oficinas personales e, incluso, hasta el piso de la Cámara Popular -lugar donde los representantes discuten-, algo sin precedentes.
A lo largo de las siguientes horas hubo evacuaciones, alerta por uso de gases e incluso reclusión de legisladores en sus oficinas hasta que fuera seguro su salida.
Sin embargo, el hecho más insólito y desgarrador fue cuando una mujer recibió un disparo en el pecho. Horas más tarde falleció, sin embargo aún se desconoce su identidad o las circunstancias en las que resultó herida.
Tal fue el motín, que la alcaldesa de Washington D.C, Muriel Bowser, ordenó un toque de queda a partir de las 6:00 p. m., hora local. Esto ayudó, a las autoridades, a recuperar el control.
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Cuatro horas después de tener secuestrado el inmueble, los simpatizantes de Trump fueron sacados y la policía informó que había recuperado el control.
Sin embargo, ya habían logrado algo aún más inédito y que, ni siquiera consiguió el ejercito sureño, durante la Guerra Civil de 1865: desplegar una bandera confederada dentro del Capitolio estadounidense.
A las 7:00 p. m., hora de Washington, la sesión se reinició.
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¿Cómo queda la relación entre el presidente y el vicepresidente?
La división generada por Trump llegó incluso a su vicepresidente, a quien acusó de falta de valentía.
Por norma legal, le corresponde al vicepresidente Mike Pence presidir el Senado, desde donde el mandatario pretendía algún tipo de intervención.
Recién arrancada la sesión, Pence publicó una carta donde adelantó su oposición a medidas similares, lo que encendió más el debate con su jefe ya que, por primera vez en su administración le dio la espalda.
Cuando los senadores pudieron congregarse nuevamente, Pence tuvo un mensaje contundente.
“Este día vivirá en la infamia. Sin embargo, volvamos al trabajo”, afirmó ante los legisladores, quienes aplaudieron con fuerza su mensaje.
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