Josué Alvarado
En siete ramas de la actividad laboral costarricense más del 50% de los trabajadores están en condición informal. Esto quiere decir que no cuentan con seguro, no cotizan para una pensión y, en muchas ocasiones, ni siquiera cuentan con salario mínimo.
Por ejemplo, 80 de cada 100 personas de la rama “hogares como empleadores” trabajan en la informalidad. En esta categoría se incluye al personal de servicio doméstico y los bienes y servicios producidos por el hogar para consumo propio.
En la categoría “otras actividades de servicios” el porcentaje de informalidad llega a 80,9%. Aquí se incluyen trabajadores dedicados a la reparación de ordenadores, peluquería, servicios de lavandería y otros enseres domésticos.
Las ramas laborales en las que también se registra una informalidad superior al 50% son:
- Construcción: 65,6%
- Transporte y almacenamiento: 57%
- Artísticas, de entretenimiento y recreativas: 56,8%
- Agropecuario y pesca: 51%
- Alojamiento y servicios de comida: 51%
Así se desprende de un análisis de datos hecho por el Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica. Se utilizó información del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Para el cierre del tercer trimestre del 2023 el porcentaje de empleo informal en Costa Rica fue de 38,3%. Se sigue ubicando en el rango comprendido entre 36% y 47%, que es el promedio de los últimos 13 años.
El análisis del colegio destaca las siete ramas en las que la informalidad abarca a más del 50% de sus trabajadores. Pero también hace énfasis en sectores en los que este indicador ha crecido durante los últimos años.
Tal es el caso de la categoría "alojamiento y servicios de comida" que pasó de registrar una informalidad de 38% en el 2010 a 51% en el 2023. Esto significa un incremento de 14 puntos porcentuales.
En el mismo sentido, la rama de construcción ha registrado un aumento de 12 puntos porcentuales desde el 2012.
"Es un flagelo del mercado laboral"
El Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica hace un llamado a las autoridades competentes para que diseñen e implementen estrategias y políticas selectivas y precisas para mitigar la informalidad laboral.
Después de su análisis, considera que los esfuerzos se deben centrar en las siete ramas que superan el 50%.
"Debemos enfatizar en que la informalidad es un flagelo del mercado laboral. Las casi 800.000 personas en la informalidad no tienen acceso a la seguridad social ni están cotizando para una pensión", señaló el economista del colegio, Luis Vargas.
"Adicionalmente, cerca de la mitad de estas personas percibe ingresos inferiores a un salario mínimo, lo cual les dificulta cubrir los gastos mínimos para contar con la calidad de vida", añadió.
