Blogs

Spaceman: lo más valioso de la película (con Adam Sandler) es su atrevimiento

Un astronauta checo, una araña extraterrestre psicoanalista y todos dirigiéndose a una nube de polvo en Júpiter.

Por Blog

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Spaceman: lo más valioso de la película (con Adam Sandler) es su atrevimiento
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Popcorn506 para El Observador

En el mundo del cine caben cosas extrañas. Y, concretamente, en el género de la ciencia ficción, aún con más sentido. Porque aquí la creatividad busca una justificación en términos más racionales que imaginativos.

Y esto es lo que nos lleva a tener una película tan extraña como sorprendente, en la que Adam Sandler encarna a un astronauta solitario en el espacio.

Una propuesta tan atractiva como única

 Adam Sandler es símbolo de éxito. Esto no lo duda nadie y, aunque muchas de sus películas no sean del gusto de la crítica especializada, e incluso cuando parte del público pretenda renegar de él, los números no mienten.

En Netflix, donde lleva ya unos cuantos años, su rostro en la miniatura provoca muchos clics, y esto lo saben en la plataforma hasta tal punto de que se atreven a traernos proyectos tan bizarros como Spaceman.

Y es que, a pesar de que ya no sea tan extraño ver a Sandler en papeles dramáticos, muy alejados de aquello que le levantaron como una de las estrellas más rentables de Hollywood, sí que resulta sorprendente en un reto aún mayor, que es el de enfrentarse, prácticamente en solitario, a un papel tan exigente y ambicioso como este.

Si creías que lo habías visto todo…

 Adam Sandler encarna a Jakub Procházka, un astronauta checo que se embarca en una misión espacial con la que pasará varios meses viajando en solitario para estudiar una nube de partículas que hay cerca de Júpiter.

Jakub no pasa por el mejor momento en su matrimonio y su mujer parece decidida a romper con él. Pero los responsables de la misión prefieren no transmitirle estas noticias para no alterar más su estado de ánimo, delicado por la situación tan particular en la que se encuentra.

Pero, sorprendentemente, Jakub descubre que no está solo. Junto a él, viaja una criatura alienígena que parece, directamente, una araña gigante, y que tiene poderes telepáticos, por lo que consigue comunicarse con Jakub fácilmente.

Esta araña llega a intimar con Jakub y le ayuda a entender cuáles son sus problemas más profundos, guiándolo incluso a una solución para su matrimonio.

Y sí, es tal cual te la imaginás

Un astronauta checo, una araña extraterrestre psicoanalista y todos dirigiéndose a una nube de polvo en Júpiter. Sí, nosotros también estaríamos pensando en el cine de la nueva ola checoslovaca de los peores años de la Guerra Fría.

Los peores en términos bélicos, no cinematográficos. Pero, claro, sin menospreciar aquel cine, que tiene sus cosas muy buenas, está bastante alejado de los parámetros comerciales de hoy en día.

Y un poco es así con Spaceman. Es una película reposada, calmada, bastante lenta y que exige atención y reflexión.

El problema es que esto último no lo consigue tan fácilmente. Su propuesta está bien, pero la puesta en escena no es lo suficientemente seductora como para enganchar a muchos espectadores.

No es culpa de Adam Sandler, que para nada desentona aquí, sino que se erige en uno de los principales valores del filme.

Es más que nada la sensación de que la historia conectaría mejor con el público si no se hubiera optado por una recreación tan extravagante.

Los puntos buenos y no tan buenos

Para nosotros lo más valioso de la película es su atrevimiento. De la película y de Adam Sandler, sin separarlos, porque está claro que su participación es crucial para que esto saliera adelante.

Si gente como él no se lanza a estos proyectos, nos perderíamos grandísimas historias, grandísimas interpretaciones y grandísimas producciones.

De la misma manera, apreciamos el trabajo y la calidad del reparto. Carey Mulligan e Isabella Rossellini, sobre todo, que acompañan a Sandler a una gran altura.

Lo que no nos ha gustado tanto es que, en realidad, no es una película de ciencia ficción tal y como muchos podríamos esperar.

Esto es un drama psicológico que, pretenciosamente, intentan llevar hasta consideraciones existencialistas. Pero no funciona tanto como debería.

No consigue expresar de un modo tan nítido sus intenciones y eso provoca que gran parte de la audiencia se vea perdida, sin identificarse ni con el protagonista ni con sus problemas.

Al final, muchos espectadores que hagan ese clic al ver a Sandler en la pantalla acabarán dejando el espectáculo a la mitad.

Algunos, porque buscarán una película más entretenida y otros porque, a pesar de no rehuir estas propuestas, tal vez no la afronten en el momento más indicado.