Sergio Arce
Uber se refirió al incidente denunciado por un conductor llamado Armando Quesada, quien contó que fue retenido por dos clientes y llevado a una casa en Tarbaca.
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Ante consulta de El Observador, la empresa indicó que es “absolutamente respetuosa” del testimonio del conductor. “Nadie debería pasar por una situación como la descrita”, acotó la tecnológica de movilidad.
Sin embargo, descartó que el suceso haya ocurrido en un viaje solicitado a través del app.
“A partir de la descripción pública de los hechos y del análisis mediante diversas herramientas, podemos concluir que el incidente no ocurrió en un viaje a través de la app de Uber”, informó.
La última conexión
Uber agregó la última conexión “fue el 6 de febrero y el incidente se reportó en la madrugada del 7 de febrero”.
“Nos ponemos a disposición para colaborar con las autoridades, atendiendo las solicitudes que contribuyan para el desarrollo de las investigaciones correspondientes”, apuntó Uber.
La firma detalló que cuenta con 31 herramientas y funcionalidades de seguridad en Costa Rica disponibles para usuarios y socios colaboradores.
Entre ellas se destaca la herramienta de Ridecheck: mediante el uso de la tecnología GPS identifica anomalías, tales como una detención larga e inesperada durante un viaje.
El testimonio del conductor
“Hola Ma, tranquila. Ahorita llego”, se oye decir al conductor, quien despareció en la madrugada, pero apareció horas después.
Quesada relató a Noticias Repretel que lo abordaron dos hombres, al parecer en Tibás, a eso de las 2 a.m.
Según su relato le quitaron el carro, lo colocaron en la parte trasera y lo llevaron al sector de Tarbaca.
Ahí lo habrían retenido en un cuarto, de donde logró escapar una vez los sospechosos se durmieron.
“Me encañonaron”
“Lo que pasó fue que se me llevaron el carro, me encañonaron, me sentaron en el asiento de atrás y me llevaron a la zona de Tarbaca. Ahí estuve retenido hasta que pude escapar esta mañana”, le contó a Noticias Repretel.
“Eran dos muchachos, luego montamos a una muchacha que en apariencia era la novia del muchacho que iba adelante. Estaba en el cuarto encerrado, pedía salir y me decían que si salía me iban a asesinar.
“Esperé a no escuchar bulla, abrí la puerta, tomé unas llaves que estaban en la mesa y me vine para mi casa”, concluyó.
