Redacción El Observador
El gerente del Banco Nacional, Bernardo Alfaro, se refirió la noche de este miércoles a los primeros resultados de las pesquisas del caso conocido como “Gallo Tapado”, el cual investiga la sustracción de ¢3.200 millones en efectivo de las bóvedas del banco.
“Nuestra investigación interna, la cual inició desde el pasado 3 de octubre, ha permitido recabar las pruebas necesarias, como por ejemplo, documentos, videos, reconstrucciones contables y otros insumos valiosos que ayudaron a las autoridades judiciales a contar con el nivel de detalle que ofrecieron en la conferencia de prensa de hoy”, indicó Alfaro en un video divulgado por la oficina de prensa del banco.
En su opinión, ha sido gracias al trabajo de investigación primero interna y, posteriormente, en conjunto con los agentes judiciales que se ha logrado avanzar en el caso.
“Por eso es importante aclarar que luego de haber valorado varias hipótesis sobre la diferencia contable y de reunir más evidencias, se decidió presentar la denuncia”, agregó.
Alfaro aseguró que el personal del Banco seguirá colaborando con todas las diligencias judiciales que sean necesarias, con el objetivo de llegar hasta las últimas consecuencias contra quienes presuntamente pudieron actuar de forma indebida con la sustracción del dinero.
“Quiero indicarles que en el BN hemos implementado todas las acciones correctivas necesarias a nivel interno para reforzar la seguridad”, dijo.
El funcionario añadió un mensaje a sus cliente de que su dinero no se ha visto afectado ni tampoco se verá afectada la solidez del Banco, al cual describió como “la entidad más grande de Costa Rica y la segunda más importante de Centroamérica”.
Fustigan inacción
La falta de controles y un espacio prolongado de tiempo sin denunciar marcan el caso “Gallo Tapado” fueron cuestionados explícitamente por el Fiscal General, Carlo Díaz, y el director del OIJ, Randall Zúñiga,
En primer lugar revelaron que desde 2019 no hubo comprobaciones físicas de los saldos reportados, lo que no permitió un control real.
A ello sumaron molestias por el tiempo que dejó pasar el Banco Nacional entre la detección del faltante y la interposición de denuncia.
Díaz y Zúñiga sostienen que tras las publicaciones en la prensa se abrieron los expedientes de oficio y hasta horas después el Banco nacional presentó sus denuncias, con escasa calidad.
Su inconformidad se da porque la información no trascendió hasta la filtración a la prensa casi tres semanas tarde, lo que dejó un portillo para la manipulación de evidencias.
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