Sergio Arce
La semana pasada circuló en redes sociales el video de un pizote que hace unos dos años se metió a uno de los servicios del hospital México, en La Uruca.
A finales del año pasado, dos crías de mapaches que lucían abandonadas llegaron hasta una céntrica vivienda en La Sabana, en pleno corazón de la capital.
En ambos casos las reacciones ante estos hallazgos fueron de miedo -con gritos- o de desconcierto, sin saber qué hacer con los animales silvestres, que en todo caso lucían asustados.
La Universidad de Costa Rica reportó, en el 2019, la presencia en la Gran Área Metropolitana de una serie de animales silvestres.
Entre ellos:
- Mapaches
- Zorros pelones (zarigüeyas)
- Pericos
- Lechuzas
- Tepezcuintles
- Zorras grises
- Coyotes
- Perezosos
- Culebras
- Abejas
- Hormigas
- Murciélagos
- Puercoespines
- Pumas
Mauricio Jiménez, director del Hospital de Especies Menores y Silvestres de la Universidad Nacional, agregó otras especies:
- Oso hormigueros
- Buhos
- Iguanas
- Pizotes
Las interacciones entre personas y estos animales silvestres -ya urbanos- son cada vez más comunes. Esto en vista de que la actividad humana ha copado los hábitats naturales de estas especies.
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¿Cómo reaccionar ante su presencia?
El especialista de la UNA recomendó a las personas que se encuentran un animal silvestre, primero, no asustarse ni intentar golpearlos (como pasa con serpientes).
Segundo: llame al Sistema Nacional de Áreas de Conservación del Ministerio de Ambiente. Allí sabrán qué hacer de la mejor manera.
Tercero: si ve que el animal está lesionado o en buen estado, no intente atraparlo.
La UCR recomienda en cuarto lugar no alimentar a los animales (y muchos menos con comida para humanos, incluyendo postres y golosinas). Tampoco coloque frutas para los pájaros.
Y no menos importante es que evite dejar desechos sólidos u orgánicos mal expuestos.
Capacidad de adaptación por la comida
Pablo Vásquez, experto en vida silvestre, explicó en un artículo publicado por la UCR que existen animales que, ante la pérdida de su hábitat y el contacto con humanos, se adecuaron a los ecosistemas urbanos. Incluso, algunos han alterado su comportamiento y alimentación.
Con él coincidió Jiménez quien puso el ejemplo de algunas especies de aves como pericos, loros y lapas o mamíferos-carnívoros como los mapaches, que tienen más facilidad de adaptarse.”Son menos selectivos en la alimentación y hasta el tamaño”, apuntó.
Tanto así que en el caso de los mapaches son capaces de hacer nidos en sitios como techos o cielorrasos o cerca de basureros.
Este animal forma parte de aquellos que le perdieron el miedo a los humanos y se acercan en busca de comida.
Cuando las personas no se la dan, se han dado casos de especies que ingresan a las casas a buscar alimento.
Este fenómeno es muy común, también, en zonas costeras. De hecho hay videos que han captado a monos llevándose los huevos de una cocina ante el estupor de sus habitantes.
Los especialistas lo tienen claro: los encuentros de estos animales silvestres con los humanos seguirán ocurriendo. Solo no intente maltratarlos ni mucho menos darles de comer. Aunque usted sienta la necesidad imperiosa de hacerlo al ver sus tiernas caritas.
Agresiones de diversa índole
El Hospital de Especies Menores y Silvestres de la Universidad Nacional, en Heredia, ha atendido a diversos animales silvestres, que han llegado con serias heridas ocasionadas en zonas urbanas.
Mauricio Jiménez, su responsable, hizo un llamado a la conciencia para no lastimar a los animales silvestres.
Aquí algunos ejemplos de especies lastimadas:
Una iguana que llegó con heridas por traumas.
Un búho con diferentes traumas en un ala.
Un hormiguero que llegó con lesiones en una pata.
