Redacción El Observador
Las autoridades confirmaron que Mélida Solís, dueña de la empresa constructora H Solís, se recuperó de su quebranto de salud y regresó al CAI Vilma Curling, conocido como El Buen Pastor, para continuar con la medida de prisión preventiva.
Solís, quien llegó el jueves a una audiencia en los tribunales del II Circuito Judicial, en Goicoechea, empezó a sentirse mal.
“Estamos hablando que se descompuso, cosquilleos en el cuerpo, ella sintió que se le estaba torciendo la boca y de inmediato el juez ordenó que se le bajara a celdas para ser valorada”, dijo uno de sus defensores Francisco Campos ante consulta de El Observador este viernes por la mañana.
“Una vez terminada la valoración, el médico subió y le hizo una presentación al juez de lo que pudo observar en el caso de doña Mélida y recomendó, de inmediato su traslado al Hospital Calderón Guardia, por ser el más cercano, a efectos de que la valoraran especialistas por la situación que estaba presentando”, explicó Campos en ese momento.
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Inconvenientes
De acuerdo con Campos, su defendida ha sufrido una serie de inconvenientes desde que se encuentra recluida en el Vilma Curling.
En un principio, a ella la trasladaron a ese centro penitenciario el pasado 27 de junio, pero solo pasó dos días tras el pago de una fianza en la que puso como garantía una propiedad valorada en $3 millones.
No obstante, un juez determinó que la liberación no procedía y ordenó que debía cumplir la medida cautelar, por lo que ingresó nuevamente el pasado 19 de julio.
“Ella tiene un problema serio de salud, le han puesto obstáculos en el centro para recibir sus medicamentos”, acotó Campos.
Añadió que, durante el pasado fin de semana largo, debido al feriado por la Anexión del Partido de Nicoya, no se le dio atención médica.
“Eso terminó de descompensar su situación de salud”, adujo Campos.
No fue posible localizar nuevamente al abogado para conocer una actualización del estado de salud de su defendida y de su regreso al centro penitenciario.
Nuevo quebranto de salud
Solís ya había presentado problemas de salud, mientras se presentó a la audiencia para las indagaciones del caso. Ocurrió el pasado 22 de junio cuando se discutían las medidas cautelares que se le impondrían a ella y otros 27 detenidos.
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Luego de estar en un centro médico, a Solís se le envió nuevamente a las celdas del II Circuito Judicial de San José, para seguir la audiencia.
Melida Solís, de 61 años de edad, es la cabeza, junto a su esposo Roberto Acosta, de la empresa constructora HSolís.
A ambos se les imputa en el Caso Cochinilla, uno de los mayores escándalos de corrupción de los últimos años, que se relaciona con el presunto recibimiento de dádivas por parte de funcionarios para beneficiar a cierta empresas.
