Juan Pablo Arias
La economía de Costa Rica cerrará este año con un crecimiento del 4,3%, una cifra mejor de la esperada previamente de acuerdo con las estimaciones más recientes del Banco Central de Costa Rica, contenidas en el Informe de Política Monetaria de octubre.
La nueva estimación es superior al pronóstico de abril y julio pasado, cuando se estimaba que el crecimiento económico para este año podría rondar el 3,4%.
El resultado proviene de una mejor comportamiento de las industrias de servicios y manufactura en regímenes especiales (zonas francas).
Para el 2023, sí se deteriora el pronóstico, al pasar de un 3,3% esperado en julio, a un 2,7% con los nuevos datos.
Róger Madrigal, presidente del Banco Central, nuevamente resaltó que la economía costarricense atraviesa por un periodo de desaceleración, al igual que la mayoría de economías del mundo.
Pese a ello, al tercer trimestre del 2022, la mayoría de las actividades en Costa Rica registraron crecimiento y las exportaciones mostraron dinamismo.
En el periodo, la tasa de desempleo se estancó y los salarios muestran una moderación en su ritmo de crecimiento.
Intereses al alza
El miércoles pasado el Banco Central aumentó la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 50 puntos base, hasta 9%.
Esta es una de las herramientas a las que recurre la Autoridad Monetaria para intentar poner un freno a la inflación.
Con el ajuste de la semana pasado se acumulan 825 puntos base de aumento en la TPM, en un proceso que inició en diciembre pasado. A la fecha se han realizado ocho incrementos consecutivos.
El proceso de transmisión en los ajustes de la TPM hacia las tasas de interés de los bancos tarda -en promedio- entre seis y siete meses, de acuerdo con estudios del Banco Central.
Sobre el tipo de cambio, el Banco Central afirmó que su comportamiento es consecuente con la mayor disponibilidad de divisas en la economía (turismo, inversión extranjera) y una moderación en la demanda.
Específicamente sobre la demanda, entre otros factores, ha influido la recomposición del crédito: mayor crecimiento del endeudamiento en colones y una disminución del crédito en moneda extranjera, lo que reduce la necesidad de dólares de las personas y las empresas para pagar las cuotas de sus préstamos.
Sobre la inflación, el Banco Central considera que alcanzó su valor máximo en agosto pasado y se espera una desaceleración de su crecimiento, pero siempre en cifras altas hasta mediados del 2024.
