Hermes Solano
Arnoldo y Humberto Cedeño, hermanos de la anestesióloga María Luisa Cedeño, declararon este lunes en el juicio por le homicidio de la doctora, como testigos de la parte querellante y acción civil resarcitoria.
Entre lágrimas por momentos, con la voz entrecortada en otros, ambos relataron lo que significaba Cedeño en la familia. También lo influyente que era y también el duro momento de recibir la noticia de su muerte.
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En una sala llena de familiares, también en medio de lágrimas, el abogado Juan Marcos Rivero, encargado de la acción civil resarcitoria, interrogó a los hermanos.
“Ella representaba la parte logística de toda la familia, era el eje central. Coordinaba todo lo de nosotros. Los paseos, los almuerzos… Ella decidía”, contó don Arnoldo.
“Si a mamá había que operarla, si a papá había que operarlo, ella decidía, decía dónde y cómo”, señaló.
“Éramos más que hermanos”, dijo por su parte don Humberto, quien señaló que eran muy unidos y le tenía mucha confianza.
“Teníamos los mismos gustos, hablábamos mucho, viajábamos mucho. Cuando llegaba a la casa siempre andaba conmigo, me tenía mucha confianza”, añadió en medio de sollozos.
Duro momento
Cada uno de ellos relató el momento de enterarse de la muerte de la mujer, asesinada en la madrugada del 20 de julio de 2020 en el hotel La Mansión Inn, en Manuel Antonio, Quepos.
Hay tres acusados por el hecho: Harry Bodaan, Teodoro Herrera y Luis Carlos Miranda.
“Estaba trabajando, haciendo un corral, Marconi mi hermano me llamó y me dijo que había fallecido, eso fue todo, después fue que me di cuenta de cómo había sido. No logré asimilarlo, seguí normal…”, dijo don Humberto, quien aseguró que nunca creyó que podía llorar tanto.
“Andaba con mi hija y con mi esposa -voz entrecortada- tenía que tener calma, llegar a la casa a hablar con mamá”, señaló por su parte don Arnoldo.
“Muchísimo dolor, es tan doloroso que siente uno que no está ahí y no pudimos verla, porque la sellaron”, añadió.
Piden justicia
Ambos hombres pidieron que se haga justicia ante lo sucedido.
Hasta el día de hoy aseguran que es difícil vivir con el dolor de perder a su hermana.
“Nuestra vida cambió completamente, tengo otra vida. Tengo que mandar a mi hija a estudiar aquí (San José), imagínese cómo me siento, mi vida es muy inestable”, indicó don Arnoldo.
“Me cuesta realizar mis trabajos, reaccionar, porque no me siento lúcido. Nos hace mucha falta, es un dolor muy grande”, añadió.
Junto a ellos, también declaró la hermana Aura Lupita Cedeño Quesada, quien aseguró que su hermana era espectacular.
“Brillante, era una mujer que tenía luz propia, una mujer espectacular que donde llegaba se hacía sentir. Tenía muchísimos amigos”, mencionó en el interrogatorio.
