Tomás Gómez
Al foyer del Teatro Nacional le generaron una copia virtual idéntica, de manera que se puedan notar los cambios que sufre la estructura original, por más mínimos que sean.
Así, se pretende identificar posibles riesgos para poder intervenirlos antes de que aparezcan daños mayores.
El proyecto lo lidera la Escuela de Arquitectura y Urbanismo del TEC y el Departamento de Conservación del Teatro. Consiste básicamente en un mapa donde se detectan los movimientos en la estructura, alertando sobre su gravedad.
“Queremos determinar si la estructura se está moviendo o no, porque sí hemos visto que hay ornamentos que están corridos dentro de las mismas paredes del foyer. Entonces, queremos ver si el Teatro se está moviendo a nivel mínimo. Por el momento, ya vamos a determinar cuáles son los índices de vulnerabilidad que vamos a medir para generar una lista de requisitos de cómo debería ser el gemelo digital del foyer”, explicó José Pablo Bulgarelli Bolaños, docente e investigador del TEC.
Con ello se generará el índice de vulnerabilidad, a partir de pruebas no invasivas, que a la vez, protegen la obra artística y elementos ornamentales en oro de la sala.
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De paso, el sistema permite medir humedad, temperatura y luz, para tomar medidas sobre las pinturas que decoran el área.
“Por ejemplo, en el tema de iluminación, determinar la cantidad de lúmenes con los que se ve afectado el foyer. Entonces, cuando se esté llegando a los límites de afectación, bajar las cortinas del Teatro o graduar la luz artificial del foyer”, expuso Bulgarelli.
El sistema tecnológico surgió en Milán, Italia. Costa Rica es el primer país que implementa su uso fuera de suelo italiano.
Más protección para el Teatro Nacional
El “gemelo digital” sirve también para detectar la afectación en la decoración del Teatro.
A estos se les aplica un baño de oro regularmente para reponer su desgaste.
El investigador del TEC explicó que las piezas más maltratadas son las que están a la altura de los visitantes, quienes, por lo general, tienden a tocarlas. De momento se están probando diferentes materiales para medir su resistencia y similitud a los elementos que ya tiene el Teatro Nacional.
“Cuando ya se determine la mejor opción, y sabiendo que las personas son el elemento que más degrada esas piezas, podemos contar cuántos visitantes entran. Así, por ejemplo, si se determina que cuando ingresa la persona 325 hay que darle un nuevo mantenimiento al objeto; cuando se cuente ese número, cerramos esa sección del Teatro, aplicamos y volvemos a abrir”, señaló el experto.
Entender el teatro
Con el plan de conservación, una línea que se busca es “entender integralmente” el edificio, de manera que se pueda programar la conservación específica.
“Por ejemplo, si se sabe que un edificio presenta problemas en cada temporada lluviosa, se deben programar acciones específicas y periódicas para que el deterioro no sea mayor y evitar los grandes procesos de intervención, los cuales suelen ser muy complejos y caros”, explica el TEC.
De la investigación se espera tener un protocolo de conservación, que sea replicable en otros.
Sobre los retos de estos planes, Bulgarelli expuso, en primer lugar, la logística y fondos.
“Aunque los sistemas de monitoreo pueden ser tan sencillos como revisar un objeto una vez al mes, también pueden incluir sensores muy específicos. […] El problema de la conservación programada es que, en este momento, pocos edificios podrían hacerlo por la cantidad de recursos que se requieren”, advirtió.
Otro tema es que Costa Rica no tiene una clasificación de patrimonio. Esto hace que todas las edificaciones declaradas de interés tengan la misma jerarquía
“No es lo mismo generar un plan de conservación programada para una arquitectura de acompañamiento, como antiguas viviendas de madera; que para edificaciones con estructuras tan complejas como el mismo Teatro Nacional. Si bien ambas tienen valor histórico y arquitectónico, la complejidad es muy distinta”, cerró la institución.
Para conocer más detalles sobre el proyecto que se viene implementando, se puede consultar el artículo “Propuesta de protocolo para la formulación de Planes de Conservación Programada en Costa Rica”, publicado en la revista Loggia, Arquitectura & Restauración, de la Universitat Politécnica de Valencia.
