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¡Inspirador!: Con solo una pierna, este valiente escalador llegó a lo más alto del Chirripó

Los aires navideños siempre traen consigo historias que inspiran a todos. Y qué mejor ejemplo de ello que la proeza…

Por Rodrigo Díaz

Tiempo de Lectura: 4 minutos
¡Inspirador!: Con solo una pierna, este valiente escalador llegó a lo más alto del Chirripó
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Los aires navideños siempre traen consigo historias que inspiran a todos.

Y qué mejor ejemplo de ello que la proeza que hizo Manuel Montero, quien sin una pierna, pero armado de dos bastones, un enorme corazón y el empuje de un grupo de amigos que lo acuerparon durante un año, logró conquistar los 3.820 metros del Cerro Chirripó.

El gran sueño que creyó imposible, logró cumplirlo el pasado domingo, a dos días de cumplir sus 52 años.

Antes de ello, no hubiera imaginado este logro. Menos hace 33 años, cuando recién había cumplido 18, pues en ese tiempo perdió su pierna derecha en un accidente laboral.

Sueño de juventud

Desde joven, acariciaba la idea de ir algún día al Chirripó. Se había inspirado en los programas de radio que escuchaba su padre donde se hacía referencia a la carrera del Chirripó.

Pero el accidente provocó que el sueño quedara en el olvido.

Aun así, Manuel – o Manuelillo como le dicen sus seres queridos- no se dio por menos con una pierna menos.

Acostumbrado a la actividad deportiva, se integró al equipo de fútbol para amputados de Pérez Zeledón.

Manuel Montero logró cumplir un sueño que acariciaba desde hace más de tres décadas, antes de que un accidente lo dejara sin una de sus piernas (Cortesía Senderistas Pérez Zeledón)

 

Su esposa Ana Patricia Matamoros, quien ya subió 5 veces el Chirripó, lo apoyó en todo momento durante el recorrido hasta llegar a la cima (Cortesía Senderistas Pérez Zeledón)

Como una forma de recaudar fondos para el equipo, la directiva se puso en contacto con el grupo Senderistas de Pérez Zeledón con el fin de organizar una caminata.

En ese recorrido, Manuel acompañó a los miembros del grupo. Sorprendidos por su rendimiento, le dijeron que era capaz de subir con ellos al cerro Chirripó.

Tras quedarse en silencio, muy pronto empezó a rondar en su cabeza que si era en serio que por fin podría cumplir su viejo sueño.

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Un año de preparación

Aún con sus condiciones naturales, Manuel tenía que prepararse bien para la aventura, y eso le tomó alrededor de un año.

Los miembros de Senderistas se encargaron de la logística, como arreglar el hospedaje en Los Crestones, planear el recorrido y preparar el equipo necesario para que Manuel pudiera cumplir su cometido.

Además de ello, Manuel debía prepararse. Su gran ventaja es que entrenaba dos veces por semana en el equipo de fútbol para amputados; esto le sirvió de complemento para su preparación en terrenos complicados y con cuestas para soportar el duro camino al Chirripó.

Toda esta preparación, no fue ningún obstáculo para detener los ímpetus de Manuel, que solo esperaba el día de la salida.

Objetivo cumplido

Finalmente, el gran día llegó el 25 de diciembre. Un grupo de doce personas, incluido Manuel y su esposa Ana Patricia Matamoros, iniciaron el ascenso al Chirripó.

Se planificó hacerlo en tres etapas. La primera era con ruta al Albergue Base Crestones, donde descansarían, para hacer la segunda etapa al día siguiente, de hacer cumbre en el cerro más alto de Costa Rica.

A pesar de lo duro del camino para muchas personas, Manuel pudo cumplir el recorrido sin mayores problemas. De hecho, llegó en muy buenas condiciones a la cúspide.

“Fue algo realmente lindísimo, muy duro, pero sí es algo de otro mundo. En ese momento, yo deseaba que todas las personas que yo conozco tuvieran la oportunidad de ver lo que yo estaba viendo.

“Es algo mágico, increíble ver estas montañas. Es un espectáculo”, dijo el indomable escalador en entrevista con El Observador. Ese mismo día, Manuel y sus acompañantes regresaron al albergue base.

La tercera etapa se realizó el lunes desde Los Crestones hasta el punto de salida. No hubo mayor dificultad, salvo un pequeño problema de ampollas en las manos que lo afectó en los últimos 5 kilómetros.

“Manuel nunca se quejó, nunca dijo nada y siguió su ruta como si nada. Eso ayudó a que todo fuera más fácil para nosotros”, comentó Dixa Jiménez, miembro de Senderistas de Pérez Zeledón.

El grupo que acompañó a Manuel nunca lo dejó solo. Siempre tuvieron a un miembro del equipo con un arnés para sujetarlo en caso de que fuera necesario, y por supuesto, le proporcionaron un casco y todo el apoyo para que no debiera llevar mucha carga en la travesía.

El grupo, que existe desde el 2017, se fundó con el propósito de promover el turismo rural de la zona. Pero en este caso, sus 9 integrantes fueron también el gran apoyo que tuvo Manuel a lo largo del viaje.

“Agradezco todo el apoyo a Senderistas, a la Fundación Semillas de Luz, que siempre me ha apoyado, y también a mi esposa, que me acompañó en todo momento”, puntualizó el valiente escalador.

Tras el logro alcanzado, más sueños se le vienen a la cabeza a Manuel. Por ahora, trata de digerir lo que acaba de suceder; pero ya se dio cuenta que no existe obstáculo que lo detenga.

“Todo está en la mente. Debemos dejarnos de tanta quejadera. A quienes no han ido al Chirripó, les digo que se atrevan, que se pongan metas”, finalizó.

 

Fotos y video cortesía de Senderistas Pérez Zeledón

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