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La ansiada descabornización se pone cuesta arriba (y la explicación anda por las calles)

Desde 1990 el consumo de combustibles para transporte terrestre convirtió al sector energía en el principal generador de gases con…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 2 minutos
La ansiada descabornización se pone cuesta arriba (y la explicación anda por las calles)
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Desde 1990 el consumo de combustibles para transporte terrestre convirtió al sector energía en el principal generador de gases con efecto invernadero de Costa Rica.

A pesar de las políticas por cambiar el escenario, a lo largo de las décadas los ajustes no llegan y se complica la meta de llegar al 2050 como un país descarbonizado.

Aunque la iniciativa se comenzó a fortalecer durante la Administración anterior cuando se lanzó el Plan Nacional de Descarbonización, pero en la realidad no avanza a buen ritmo.  Así lo revela el Informe del Estado de la Nación 2022.

Para dimensionar el problema, veamos un par de datos:

  • Desde 1990 hasta 2017, la contribución del transporte a los gases de efecto invernadero creció un 14,7%.
  • En el mismo lapso, el monóxido de carbono (CO) -que detona el efecto invernadero y es una de las principales causas de enfermedades y muertes por contaminación del aire, representó más del 70% de las emisiones.

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“A la fecha, las metas en rezago son precisamente las que pretenden una transformación en la flota vehicular mediante la transición a carros de cero emisiones y a un transporte de carga que emita las menos emisiones posibles”, explicó Karen Chacón, investigadora y coordinadora de los temas ambientales del informe.

El diagnóstico de las calles

El problema con la movilidad terrestre ya es catalogado por el Estado de la Nación como un tema estructural.

Para el 2021, el 81,5% de los automotores del país funcionaron con gasolina y el 18% con diesel.

La situación, sin embargo, viene construyéndose de previo. Entre 2005 y 2021, el consumo energético del transporte terrestre aumentó un 48,3%. En el mismo período la cantidad de unidades que circulan en la calle creció de 862.008 a 1.788.800.

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La mayoría de ellos se concentra en carros de uso particular, cuando la recomendación experta es más bien centrarse en transporte público.

“La clave para un sistema más sostenible está en avanzar hacia un transporte público limpio, seguro, eficiente e interconectado, para reducir emisiones contaminantes y tiempos de viaje”, afirma Chacón.

Mientras eso sucede, los planes de conversión van lentos.

“Actualmente, los vehículos híbridos y eléctricos apenas representan un 0,5% de las unidades en circulación”, concluyó el informe.

Los vehículos eléctricos estuvieron entre los que tuvieron trabas con el marchamo de este año (Archivo)