Tiene más de un siglo de estar vigente, pero cada año se recuerda la imperiosa necesidad permanente de luchar contra la brecha de género.
El surgimiento de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que originalmente se llamó el Día de la Mujer Trabajadora, está muy relacionada a las luchas contra las injusticias y las condiciones de explotación que vivieron y viven muchas mujeres trabajadoras.
El incendio que acabó con la vida de 129 mujeres trabajadoras en la fábrica Triangle Shirtwaist, en Nueva York el 25 de marzo de 1911, fue uno de los detonantes para que el movimiento feminista comenzara a aparecer en el mundo, en búsqueda de mejores condiciones laborales, hace 109 años.
“Se comenzó a hablar de la necesidad de conmemorar un día para reconocer el trabajo de todas estas mujeres que comenzaron a ingresar a la fuerza de trabajo, las condiciones de explotación a las que se veían subyugadas y también incluso de que habían muertes de mujeres que peleaban por sus derechos”, detalló Monserrat Sagot, directora del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM).
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Conforme avanza el siglo XX, conocido como el siglo de la mujer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aumentó la promoción por igualdad de género. Se decidió cambiar el nombre al Día Internacional de la Mujer, y establecer el 8 de marzo como la fecha específica.
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Logros pero muchas deudas también
“Todo siempre es resultado de una gran lucha” – Monserrat Sagot
Sagot explicó que el movimiento feminista es uno de los más exitosos de todo el siglo anterior y lo que llevamos de este, porque las mujeres lograron cambios de un panorama aún más negativo en el cual:
- las mujeres estaban en condición de no ciudadanía
- sin derecho al voto
- sin poder recibir herencias
- con condiciones de trabajo paupérrimas
- no poder pedir préstamos
- no poder entrar a las universidades y con profesiones vetadas para las mujeres
Según datos de la ONU, las mujeres perciben un 23% menos, a nivel salarial, que los hombres a nivel mundial, y existen restricciones legales que impiden a 2.700 millones de mujeres acceder a las mismas opciones laborales que los hombres.
Las agresiones físicas y sexuales siguen siendo una de las luchas más grandes e importantes: una de cada tres mujeres ha sufrido violencia de género. Además 200 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital.
“Mucha de la condición de esa desigualdad tan grande, entre hombres y mujeres, tiene que ver con la desigualdad económica, y con las grandes disparidades que hay entre zonas rurales y urbanas. También la diferencia que existen entre mujeres, es decir las campesinas, las indígenas o de zonas urbano-marginadas, se quedan por fuera de los beneficios que ha podido traer la igualdad de género, por lo menos en términos formales”, ahondó Sagot.
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La socióloga especialista en género señaló que los roles de género y la distribución equitativa de las labores domésticas son parte de los pasos que pueden empezar a tomar las familias. Cambiar desde la escuela, pero sobre todo, desde el hogar, la concepción cultural (normas de género) es de vital importancia para promover la igualdad en niños.
Además ciertas concepciones religiosas conservadoras son un elemento que no promueven el empoderamiento de las mujeres, ni la ruptura del ciclo machista, ha reiterado la ONU.
“Es un panorama muy complejo. Desde que se inició el movimiento feminista, o por lo menos las primeras manifestaciones hace más de 200 años, ha cambiado bastante, pero falta muchísimo hacia delante”, concluyó Sagot.
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