Mariana Mena
Los niños que han resultado heridos y perdido la vida por causa de las armas de fuego van en aumento durante este 2023 en Costa Rica.
De acuerdo con las atenciones del Hospital Nacional de Niños y reportes a las autoridades, suman ocho hospitalizaciones por heridas con bala y tres muertes en lo que va del año.
Las cifras dejan en evidencia que, en promedio, se atiende un caso de este tipo cada mes.
“No hay balas tamaño pediátrico; son diseñadas para matar y cada vez vemos que nos llegan más casos donde utilizan armas de grueso calibre, casi militares, que generan daños mayores en los pequeños”, señaló Marco Vargas, de la Unidad de Trauma del Hospital de Niños.
“Además, cuando un niño está de por medio, la velocidad con la que el menor pierde sangre al punto de morir es entre un 40% y 60% más rápido que un adulto”, agregó.
Caso tras caso
El centro hospitalario reportó el 14 de febrero el primer caso del año de un niño hospitalizado por herida de bala. Y para octubre, ya suman seis atenciones.
El caso más reciente es el de una niña de 12 años herida de bala en Heredia el pasado domingo, quien ya fue sometida a dos cirugías por el impacto.
Asimismo, las estadísticas muestran que ya se superó el total de las atenciones del 2022, que fueron cinco.
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Año violento
Costa Rica enfrenta uno de los años más violentos, según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) con corte al 26 de octubre, se registran 743 homicidios, mientras que el 2022 cerró con 517 fallecidos.
Mientras que, en casos de ajusticiamientos donde se han visto involucrados menores, destaca el ocurrido el 18 de agosto. Dos niños se salvaron de milagro, cuando los gatilleros atacaron el vehículo en el que se trasladaban con su padre.
Producto de la ráfaga de balas un niño de 7 años recibió un impacto en el pulmón derecho. La niña de 4 años, presentó heridas en el rostro y miembros superiores, ambos fueron atendidos en el Hospital de Limón.
En cuanto a la muerte de niños por este tipo de agresión, se registra:
- Marzo: Samuel Arroyo de 8 años, murió tras ser impactado por una bala perdida en el pecho mientras dormía en su casa en Zapote. Fue trasladado al hospital de Niños, donde fue intervenido en al menos cuatro ocasiones antes de morir.
- Abril: un menor de 13 años murió en Villas de Ayarco, en Curridabat, luego de recibir un impacto de bala en la cabeza, al llegar las unidades de Cruz Roja fue declarado fallecido en el sitio.
- Setiembre: una niña de 4 años falleció debido a un disparo en la cabeza en San Pablo de Turrubares, pese a los esfuerzos por llevarla a un centro médico, a mitad del trayecto dejó de presentar signos vitales. Al parecer fue por una disputa familiar.
“De los seis niños que hemos atendido, el 40% son menores afectados de forma colateral por la guerra de bandas que están haciendo lo que les da la gana en este país”, fustigó Carlos Jiménez, director del Hospital de Niños.
Hechas para matar
De acuerdo con la Unidad de Trauma, por la distribución de los tamaños, el tronco y la cabeza corresponden a porcentajes mayores en la anatomía de un niño y son los lugares donde hay centros vitales.
“Por eso, no es de extrañar que la mayoría de impactos sean en esas zonas, que ponen a los niños en serios problemas, terminan con lesiones seriamente discapacitantes o de manejo muy complejo”, lamentó el médico.
Según las atenciones por parte de la Cruz Roja para este 2023, destaca que la cifra de muertes por heridas de arma blanca y de fuego superaron los fallecidos que se producen por accidentes de tránsito.
Por encima de accidentes
“Ya se superó por 75 pacientes las muertes por heridas de arma de fuego o blanca en comparación con los accidentes de tránsito. Algo que nunca había ocurrido”, confirmó la benemérita.
- Heridas de arma de fuego o blanca hasta octubre de 2023: muertos en el sitio 464 personas y 699 traslados en condición crítica.
- Heridas de arma de fuego o blanca en 2022: sin signos vitales 407 y 770 trasladados en condición crítica.
Los especialistas concuerdan en que en la mayoría de los casos, las agresiones con estas armas se dan por “accidentes” y no necesariamente con el objetivo de afectar a los menores.
Entre las situaciones que se presentan destacan:
- Ajusticiamiento contra familiares o transeúntes
- Mala manipulación de las armas en el hogar
- Curiosidad del niño por el artefacto
- No tener entrenamiento para utilizar las armas
“Decirle a un niño, no toque eso, ahí no se suba, es alimentar más su curiosidad, entonces tener armas en la casa incluye tener una conducta segura familiar, por ejemplo, no tenerla cargada”, recalcó el experto.
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