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“No comió nada y tomaba agua de pozas”: Alfonso Garbanzo, de 78 años, y los seis días extraviado en Guanacaste

Este miércoles, a las 7 a.m., la esposa de Alfonso Garbanzo atendió una llamada… era él, quien recibió auxilio de una familia del sector de Río Seco en el cantón de Santa Cruz.

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 3 minutos
“No comió nada y tomaba agua de pozas”: Alfonso Garbanzo, de 78 años, y los seis días extraviado en Guanacaste
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La familia de Alfonso Garbanzo, de 78 años, respira feliz, aliviada y agradecida con todas las personas que estuvieron atentas y ayudaron en la búsqueda del adulto mayor.

Don Alfonso estuvo seis días extraviado en las montañas de Guanacaste, sin comida y tomando agua de pozas, según contó a El Observador uno de los hijos, Alfonso.

Este miércoles, a las 7 a.m., la esposa del señor atendió una llamada… era don Alfonso, quien recibió auxilio de una familia del sector de Río Seco en el cantón de Santa Cruz.

“Mi hermano me llamó y me dijo que mi papá apareció, pero hasta que una cruzrojista que estaba con él me lo confirmó me devolvió el alma al cuerpo. Una alegría inmensa”, contó el hijo.

Su papá apareció con las manos y pies raspadas producto de varias caídas durante las largas horas que caminó entre la montaña.

¿Cómo se perdió?

La familia se encontraba en una casa rentada en Hacienda Pinilla. El jueves de la semana pasada don Alfonso salió a caminar.

En un momento dado quiso llegar hasta una loma donde se encuentra una torre de radio. “Él ya nos había contado que quería saber qué tal era la vista desde esa lomita”, dijo su hijo.

Fue así que la mañana de ese día don Alfonso se dirigió a un camino que, según le dijo don Alfonso, estaba seguro que lo llevaría hasta la cima.

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Sin embargo, pensó que había perdido de vista la torre y se salió del camino para divisarla. Cuando intentó retomar el camino no logró dar con él. “En ese momento mi papá se percató de que estaba perdido”, manifestó el hijo.

Don Alfonso tomó la decisión -prosiguió su retoño- de seguir el curso de un río que, en esta época, esta seco. Es el mismo que da nombre a la localidad donde apareció este miércoles.

En las pocas pozas aún con agua disponible logró refrescarse y beber. Pero en esos casi siete días extraviado no comió nada.

El vecino de Gravilias de Desamparados dormía a la vera del cauce. A las 5 a.m. comenzaba a caminar y a eso de las 3 p.m. buscaba un sitio seguro para descansar.

Tras superar algunos inconvenientes -de los cuales la familia prefiere no entrar en detalles-, don Alfonso llegó a una vivienda donde le tendieron la mano.

“Nunca se perdió la fe”

El hijo asegura que desde el momento de la desaparición de su progenitor la familia y amigos se dieron a la tare ingente de buscarlo por todo lado, sin descanso.

“La familia estaba preparada para cualquier escenario, para todo. Yo sí les decía a todos que hasta que no viera zopilotes, yo seguía buscando. Creo que así estábamos todos y ese fue nuestro mantra”, citó.

Cada uno de los miembros recibía reportes de que don Alfonso estaba en un punto o en otro.

“Todo lo que nos llegaba nunca lo descartamos. Nos íbamos a ese lugar para cerciorarnos. La gente siempre se mostró dispuesta a ayudar”, expresó.

De allí que solo tiene palabras de agradecimiento para numerosas personas que no abandonaron a la familia, en especial a los baqueanos de la zona, amigos y voluntarios.

Alfonso hijo tuvo palabras de gratitud para los responsables del restaurante Lola’s en Avellanas y los baqueanos Gato y Lázaro.

Incluso reconoció la ayuda de vecinos de Guápiles, quienes -dijo- no dudaron en organizarse para apoyar a la familia.

“La Cruz Roja ayudó pero fue limitado. Y no digo que haya sido de mala fe. Más bien se trata de recursos… están muy limitados. Por ejemplo: están con las fiestas de Santa Cruz y sus recursos están concentrados en eso”, apuntó.

El retoño adelantó que no regresará aún a la Gran Área Metropolitana porque desea ir a buscar a cada una de las personas de la zona que ayudó en la búsqueda de su papá.

Por su parte, su sobrina Shirley Li no ocultó la emoción por la aparición con vida de su tío.

“Estoy temblando de alegría… es un milagro, un milagro. Dios es bueno y escuchó nuestras oraciones y la de mucha gente”, reaccionó Li con la voz entrecortada más temprano este miércoles.

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