Paula Umaña
El 2019 ya contabiliza 11 femicidios. Y desde el 2007, las muertes de mujeres a manos de la violencia machista alcanzan las 350. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual.
Por eso familiares de algunas mujeres que ya no están, marcharon este lunes por la avenida Segunda, para exigir mayor justicia en estos casos y pedir un cese a la violencia.
Una de las manifestantes fue Yolanda Centeno, hija de Johanna Flores, una costarricense que fue asesinada en Nicaragua a manos de su pareja hace nueve meses.
Centeno marchó este lunes junto a sus dos hijas, los “ojos de la abuela”, para exigir justicia por el asesinato de su madre. Flores tenía 47 años, trabajaba en un local de comercio de embutidos y llevaba aproximadamente tres años en una relación con su agresor.
Su hija aseguró que Flores nunca le contó que su pareja la agredía. El silencio terminó por llevarla hasta Nicaragua.
“Ella tenía una casa en Nicaragua y decidió irse con ese sujeto, sin pensar que allí iba a terminar su vida. No le bastó con matarla, sino que la enterró en el patio. Yo la encontré enterrada”, contó Centeno, quien se trasladó hasta Nicaragua al ser informada sobre la desaparición de Flores.
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En los últimos 12 años, Costa Rica vio morir a 350 mujeres a manos de la violencia machista. (Paula Umaña/El Observador)
Una vez en Nicaragua, Centeno inició la búsqueda de su madre y denunció ante las autoridades del país vecino la desaparición de Flores. Pero de nuevo el sistema de justicia falló a las mujeres. Cuando decidieron tomar las declaraciones del agresor de su madre, ya este había huido.
Según contó Centeno, el hombre de apellidos Hernández y también costarricense huyó de Nicaragua, y fue arrestado en Costa Rica.
Los cargos que se le imputaron no se relacionan con el femicidio de Flores. Centeno exige más ayuda de parte de ambos gobiernos para honrar la memoria de su madre.
“Nicaragua no me da respuesta. Ya va para nueve meses de fallecida mi mamá. Es muy frustrante”, lamentó.
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Fiorella espera justicia
Familiares de la joven Fiorella Venegas marcharon este jueves. (Paula Umaña/El Observador)
La madre de Fiorella Venegas también marchó este lunes. Caminó con fotos de su hija asesinada el año pasado de un disparo, por el joven de 22 años que en apariencia era su “novio”.
Rocío Soto cargó en sus manos un cartel con fotografías de Fiorella, junto a su hijo de 8 años, su mamá y varios familiares más.
El sospechoso, de apellido Madrigal, descuenta 10 años de prisión por el crimen. Para Soto la condena es una burla.
“Hago un llamado para que no haya más violencia. Pido leyes mas duras. Los años que está recibiendo esa persona no es justicia por haberle truncado lo sueños a mi hija”, reclamó Soto.
Fiorella fue la víctima del femicidio número 21 del 2018.
La marcha llegó hasta la Plaza de la Democracia. (Paula Umaña/El Observador)
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Paula Umaña
Un viaje diario entre palabras, versiones, hechos y verdades. Una periodista en constante aprendizaje, con el sueño de ser bióloga marina y sumergirse en las historias más profundas del gigante acuático.
