Juan Pablo Arias
El Ministerio de Hacienda prevé que el impacto directo de la pandemia por COVID-19 se traduzca en una caída en los ingresos tributarios de ¢975.000 millones.
Esta disminución contempla contracciones en el IVA, impuesto de Renta y aranceles aduaneros.
Como consecuencia directa, el déficit fiscal para el cierre del año pasaría a un 8,6% del PIB, superior al 6,2% que se previó a inicios de año.
Para lograr esa cifra, se planea una serie de recortes en el gasto gubernamental en varios rubros, entre los que se cuentan viajes al exterior, horas extras y gastos de representación. En total serían ¢144.000 millones en recortes.
Las cifras actualizadas fueron presentadas este jueves por el ministro de Hacienda, Rodrígo Chaves, en compañía de sus do viceministros.
En total, las necesidades de financiamiento del Gobierno ascenderían al 12,45% del PIB.
De esa cifra 1,79 puntos porcentuales se financiarían con recursos de captaciones internas pasadas y 2,92 puntos porcentuales con recursos de financiamiento externo que ya están en las arcas de Hacienda.
Otros, 2,92 puntos porcentuales dependen de nuevo financiamiento externo (CAF, BCIE, Banco Mundial), 1,22 puntos porcentuales provendrían de acuerdos con organismos internacionales (FMI) y un 3,60 puntos porcentuales dependerán de captación de nuevos recursos en el mercado interno (unos $2.100 millones).
Chaves descartó inicialmente recurrir a la emisión de nuevos eurobonos para captar recursos desde el exterior.
Golpe al crecimiento
En opinión del jerarca, la pandemia está interrumpiendo el crecimiento económico y fortalecimiento fiscal del país.
Para este año el Banco Central estimó que el Costa Rica registrará un decrecimiento del 3,6% en la producción interna. El ministro, empero, no descartó que la caída sea mayor.
“Se nos cayó en 6 puntos porcentuales respecto a la previsión inicial para el 2020 (…) antes de la crisis ocasionada por el COVID-19 las finanzas públicas y el crecimiento económico estaban mejorando”, dijo Chaves.
