Tomás Gómez
Tras más de un año de revisiones, las subsidiarias de la empresa Omni quedaron fuera del régimen de Zona Franca, lo que les garantizaba un tratamiento tributario especial.
La información fue confirmada por la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
La decisión se tomó el 26 de setiembre anterior. Según indicó la oficina de prensa, el proceso corre “sin responsabilidad para el Estado, entre otras razones, por el hecho de encontrarse morosas en sus obligaciones para con la seguridad social”.
Los pagos pendientes se contabilizan desde el 2021. Procomer había adelantado a este medio que se valoraba y revisaba la situación, pero no fue hasta hace pocas semanas que se dio la revocatoria.
Omni había obtenido el beneficio mediante el acuerdo el acuerdo 141-2020 del 28 de setiembre del 2020.
Según consta en La Gaceta 298 del 22 de diciembre del 2020, fueron el propio expresidente Carlos Alvarado y el exviceminstro de Comercio Exterior, Duayner Salas, quienes dieron la categoría de zona franca a Apptitud ZF, una de las personerías con que operaban los negocios.
Deuda sigue creciendo
Omni operó principalmente bajo dos personerías jurídicas.
La primera era Apptitud ZF, S. R. L, con cédula jurídica 3-102-797912. Esta era la subsidiaria a cargo del “monedero electrónico” de Omni, un proyecto que terminó suspendido por la cooperativa Coopenae, que fungió como socia de la tecnológica.
Además, con esa cédula fue que lograron ingresar al régimen de zonas francas.
La otra era SSM Conectividad y Movilidad Limitada. Con ese nombre se hicieron negocios como el alquiler de bicicletas.
Ambas firmas llevan meses acumulando millonarias deudas con la seguridad social que ya superan globalmente los ¢1.000 millones. Incluso lo concerniente a la Caja Costarricense de Seguridad Social (CCSS) había escalado a cobro administrativo.
El sistema de Asignaciones Familiares -otra de las cargas sociales- no indicó datos específicos pero sí confirmó que hay cuotas atrasadas.
Omni: monederos, taxis, bicis...
Omni llegó al mercado costarricense en 2019.
Su negocio arrancó con el alquiler de bicicletas. Para ello tenía una concesión con la Municipalidad de San José para el uso de espacios públicos, pero el ayuntamiento confirmó a El Observador en setiembre pasado que la devolvieron.
De ahí, el negocio giró a temas tecnológicos como una aplicación para servicios de transportes (Omni Taxi) y un monedero electrónico (Omni Moni). Ambas dejaron de funcionar.
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En medio de esas turbulencias, representantes de la empresa más bien anunciaban expansión y operaciones internacionales, las cuales nunca llegaron y más bien se fue reduciendo su tamaño.
El Observador dio a conocer un año atrás las problemáticas que enfrentaban los exempleados de la empresa para recibir sus liquidaciones.
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