Krissia Morris Gray
Tan delicada era la condición de salud de su pareja, a causa del covid-19, que Karen Brenes llegó a despedirse en tres ocasiones de Roger González.
Recuerda que sintió mucho dolor e impotencia, debido a que las posibilidades de vida de su pareja “eran muy pocas”.
“En la UCI de covid me despedí dos veces de él vía pantalla (celular). Cuando lo iban a sedar y después cuando lo intubaron y me despedí de él, una tercera vez, cuando lo pasaron a la Unidad de Terapia Intensiva que fue cuando yo pude ingresar a verlo”, afirmó Brenes.
La congoja de la mujer era constante, pues los médicos fueron muy directos con ella: don Róger podría fallecer en cualquier momento.
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Cada día se agravaba más
Cada llamada que Karen recibía no era portadora de buenas noticias, pues aseguró que cada día, la salud de su compañero se agravaba más y más.
En los mensajes le decían que Roger no respondía a determinado equipo e iban a tratar con otra cosa. Hasta que llegó el punto en que los médicos le señalaron que tratarían con lo que sería su última oportunidad: el pulmón artificial.
Recuerda que, pese al diagnóstico, su fe se mantuvo inquebrantable y siempre con la convicción de que Róger regresaría a casa.
“En un cuaderno apunté, día con día, todo lo que pasaba. Yo dije: sé que él lo va a ver y verá como estuvo.
“Lo que ahora digo es que esa oración con fe, con lágrimas, en la que yo supliqué a Dios, fue escuchada. No sólo la mía, sino que también las oraciones realizadas por muchas personas”, agregó, al tiempo que sostuvo que la fortaleza para afrontar dicha prueba difícil provino del Creador.
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Paciencia, fe y esperanza
Brenes reseña que su compañero fue internado el 6 de enero anterior, pues se sentía muy mal.
Acudió al hospital Max Peralta porque es asmático, presentó una tos que comenzó con un resfrío.
Con el pasar de los días cuando estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) lo sedaron e intubaron.
Manifiesta que le hablaba y rezaba como que, si él le iba a responder, pero no obtenía respuesta.
Los médicos le dijeron que tratarían de salvarle la vida con el ECMO-por sus siglas en inglés- o terapia extracorpórea.
El ECMO es un sistema de soporte cardiaco y pulmonar usado en pacientes incapaces de mantener una adecuada oxigenación y perfusión tisular.
Funciona como un pulmón artificial que puede reemplazar los pulmones de los pacientes seriamente dañados por algún virus u otras implicaciones, les permite descansar y recibir tratamiento.
“Los médicos llamaron. Me dijeron que iban a hacer lo último que era lo humana y médicamente posible, que no había más que hacer, que era riesgoso y que no sabían si iba a sobrevivir”, narró.
Le pidieron que tuviera mucha paciencia, pues el proceso era lento.
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Relató que pasó mucho tiempo conectado. Hubo días sin avances, otros con muy poco, pero que les llenaba de esperanza.
“Gracias a Dios pudo salir hasta que comenzó a reaccionar poco a poco. Pero fue muy largo todo”, reseñó doña Karla.
Reconoció que con la ayuda de Dios, del personal médico, de enfermería, de terapia respiratoria, auxiliares y asistentes, entre otros, su compañero daba avances, al mismo tiempo que la lucha personal, Róger daba pasos hacia la recuperación.
Lo más difícil
Agradeció al esmero, la mística, el trato profesional y el cariño dado por el personal hospitalario, pues detalló que todos se entregaron por cuidarlo y a otros pacientes que estaban internados.
Brenes no duda al indicar que Róger es un testimonio del poder y del amor de Dios.
Al preguntarle a doña Karla cuál fue el momento más difícil, respondió que el darles buenos momentos a los hijos “y manejar un mundo de emociones”.
“Una como mamá tiene que ser fuerte ante los hijos y a veces recibiendo las peores noticias, tragar y darle como buenos momentos a los hijos con el dolor por dentro y como al final del día como soltar”, añadió Brenes.
A los dos hijos que tiene, mencionó que debió evaluar cómo decirles las cosas.
Dentro de los aspectos con los que lidiar fue cuando la hija menor preguntaba por su papá.
“Entra en juego un montón de sentimientos, porque es una cosa que dicen del covid y otra enfrentarlo y vivirlo de frente, la realidad”, adujo.
Tras144 días internado, a casa
Hace unos días le dieron la noticia más esperada. Don Róger regresaría a casa.
Esto causó mucha alegría para toda la familia, pues la espera fue muy larga.
Doña Karla recalcó que fue una gran ilusión.
Ahora los cuidados que debe tener son:
- Contar con una cama ortopédica
- Silla de ruedas
- Cosas con las cuales pueda estar lo más cómodo posible
- Debe seguir con el tratamiento de oxígeno en casa
“Uno aprende en todo esto, pues ya en el Hospital son profesionales que se encuentran cada día con este tipo de casos, entonces uno como familia tiene que aprender.
“Tener paciencia y fortaleza para atenderlo de la mejor manera para que sienta lo más cómodo posible. De igual forma, tenemos el apoyo del hospital, del área de Terapia Respiratoria, de Terapia Física, tenemos una guía y vamos de la mano con ellos”, argumentó Brenes.
Asegura que la salida fue muy emotiva, al tiempo que sostuvo que una de los aspectos para que Róger saliera era volver a su hija Alana de casi tres años y al otro que lo considera como su hijo.
Róger fue, durante varios días compañero de cuarto de Adrián Mández, periodista deportivo de Teletica, quien estuvo internado por 52 días por covid.
Permaneció 144 días internado en ese centro médico y salió del mismo el viernes anterior en medio de una gran fiesta y con los mejores deseos de sus ángeles.
Ahora ese dolor y mar de emociones internas, siempre mostrando la mejor cara, se convirtió en agradecimiento, tranquilidad y alegría para la familia “hoy celebramos lo tenemos en casa”, externó doña Karla.
(Fotos y video cortesía del Hospital Max Peralta)
Krissia Morris Gray
