Sergio Arce
La costarricense Raquel Vargas, presentadora en la televisión de El Salvador, recién ganó un caso judicial relacionado con violencia intrafamiliar.
En un video que subió en sus redes sociales, la tica le contó a sus seguidores que su expareja, el también conductor Roberto Acosta, “queda condenado con un precedente y yo demuestro que siempre dije la verdad.
“Espero que muchas vean mi historia y reaccionen a tiempo para que no la repitan”, indicó en la publicación en Instagram que tiene cerca de 8.000 “Me gusta”.
Posteriormente, Vargas conversó ampliamente con El Observador sobre el logro judicial pero, además, sobre el proceso que duró poco más de un año.
Discriminada tras la agresión
Desde el primer momento cuando ella reveló que era víctima de violencia física y emocional por parte de Acosta, la costarricense se convirtió en blanco de ataques, según confesó.
“Muchos de estos ataques provenían de las mismas mujeres, que me decían que mejor me regresara a Costa Rica, que nada estaba haciendo en El Salvador”, le dijo a este medio.
“Pero también me llegué a sentir desprotegida por la justicia de este país. Porque pese a todas las pruebas contundentes contra él, que estaba violentando las órdenes de restricción, la Fiscalía no hizo nada.
“Tuve que ser paciente y agarrarme mucho de mi fe y de gente que sí creyó en mí para seguir adelante con el proceso.
“En la última audiencia, hace unos días atrás, él confesó todo lo que yo había denunciado”, expresó Vargas, quien ahora espera que Acosta cumpla con lo dictado por la jueza a cargo del caso.
Su expareja deberá:
- Realizar trabajo social durante un año
- Permanecer alejado de ella por 12 meses
- Ofrecer una disculpa pública
- Asistir a ayuda profesional con psicólogo o psiquiatra
- Una compensación económica por $3.000
“Jamás pensé que viviría un ciclo de violencia”
Raquel contó que su relación con Acosta duró cuatro años. En en ese tiempo ellos terminaron en al menos una o dos veces pero regresaban.
Los seguidores de esta escultural mujer de verbo ameno nunca imaginaron que Vargas era víctima de abusos físicos y psicológicos.
“Cuando uno está afuera uno piensa que nunca me va a pasar. Jamás pensé que viviría un ciclo de violencia. En mi caso todo ocurrió de manera lenta y sutil hasta que me vi envuelta en la manipulación; estaba enredada y no podía salir.
“Yo quise salir muchas veces. La gente que ha vivido lo mismo te puede entender. Yo hasta sentía mucha vergüenza en contarlo, incluso después de que salí de este círculo vicioso”, prosiguió la costarricense.
“Estoy con depresión y estrés”
El último tramo de la relación y los meses siguientes se convirtieron en una pesadilla para Raquel, confesó a El Observador.
Además de que se sentía responsable por lo ocurrido -ahora dice que se perdonó-, ella enfrentó el acoso de Acosta en redes sociales y hasta con personas allegadas a ella.
“Él no podía acercarse pero parqueaba su carro a la par del mío en la misma televisora donde trabajamos. Hasta llegó a enviarle mensajes a amigos míos para que ellos me los dieran a mí.
“Todo esto me ha dejado secuelas con las que aún trabajo. Tengo estrés y depresión. Estoy con ayuda de psicólogo y psiquiatra y con tratamiento. La gente piensa que la depresión es pasar llorando… hay mucho desconocimiento sobre el tema. Yo misma lo tenía hasta ahora que estoy en este lado de la acera.
“El proceso de sanación ha sido lento pero firme. Me permití contar lo que me estaba pasando sin pena y sin que me importara lo que los demás decían de mí. Tuve el valor de denunciar y llevar adelante el proceso, a pesar de las dificultades.
“Tuve el valor de enfrentarme al agresor. Es cierto, casi no salgo pero lo estoy logrando. También tengo hipervigilancia, porque evito que este hombre se me acerque. Hay que luchar, porque no hacerlo es peor. Soy una sobreviviente”, detalló.
Solidaridad con Karina Ramos
Raquel Vargas está al tanto de lo que está viviendo su coterránea Karina Ramos, quien esta semana nuevamente denunció al hombre que ella ha encausado judicialmente por acoso.
En primera instancia, lamentó que el sujeto esté irrespetando las medidas cautelares interpuestas en su contra, entre ellas no acercarse a Ramos ni molestarla.
Y en segundo hizo un llamado a la justicia de Costa Rica para que tome cartas en el asunto más severas ante el acoso que la exMiss Costa Rica sufre desde hace seis años, pero que se intensificó en el último.
“Entiendo la impotencia que vive Kary porque yo también la viví. Hay leyes que protegen a la mujer y deberían aplicarse. Ella merece que se le preste más atención a lo que está viviendo. Nadie quiere lamentar algo peor”, expresó Vargas.
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