Rodrigo Díaz
La ampliación de 2,2 kilómetros de la radial de Lindora tenía un costo inicial previsto de $8,5 millones en 2016 cuando lo asumió la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops).
Durante ese período, Unops cambió los diseños iniciales por lo que se contemplaron otros aspectos que no solo retrasaron su arranque. También incrementaron el costo. Al 2021, sin dar la orden de inicio, ya sumaba los $19 millones.
Además de los problemas de aprobación por parte de la Contraloría, el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) tampoco encontró fondos suficientes para construir la obra.
El proyecto se encuentra detenido luego de que el Conavi decidiera dejar sin efecto la adjudicación de la obra otorgada a H Solís. Esta empresa está involucrada en la investigación de corrupción conocida como Caso Cochinilla.
La adjudicación se hizo por $13 millones, pese a que el Gobierno sabe que la obra supera ese costo. La Contraloría no aceptó el sobreprecio.
Proyecto inviable
Unops justifica que el proyecto “se hizo inviable por razones presupuestarias ajenas a nuestro control”, según señaló Alejandro Rossi, representante de dicha oficina en Costa Rica.
Sin embargo, el propio Rossi reconoció que aunque el proyecto ya tenía diseños debieron hacérsele “ajustes”.
Estos ajustes desembocaron en unos diseños que costaron $258.000, cuando los iniciales habían sido donados por empresarios de la zona.
Esos cambios también conllevaron mejoras que incrementaron los costos saliéndose de los presupuestos pensados inicialmente.
“Este proyecto nació de la iniciativa de un grupo de empresarios que quería promover la ampliación de carriles, con un proyecto sencillo que rondaba el costo de $8 o $9 millones”, comentó Verónica Alfaro, directora ejecutiva del Consejo de Desarrollo Inmobiliario (Codi).
Este ente se convirtió en uno de los coordinadores y enlace entre los empresarios y el Conavi para el desarrollo de la obra.
El problema fue, según Alfaro, que al caer en manos de Unops, el presupuesto aumentó a casi $20 millones, lo cual sobrepasaba el aporte presupuestario del Conavi y se requiriera financiamiento externo.
“Las circunstancias por la situación fiscal hacen que el proyecto no sea viable”, expresó Alfaro.
Ahora que el proyecto está frenado y que Unops está fuera del mismo, los empresarios buscarían con las nuevas autoridades del Gobierno “llevarlo a un panorama con un costo económico más razonable”.
Aunque no se trata de perder todo lo avanzado, si es necesario una reingeniería que lo vuelva viable para desarrollarlo, dijo la ejecutiva.
“Se debe recalcar que la radial Lindora trasciende el tema económico para los negocios que están ahí. Es un conector entre la ruta 1 y la ruta 27, es una ruta de importancia nacional”, valoró Alfaro.
OBSERVE MÁS: Conavi frena “por dudas” obras de ampliación en Radial Lindora y puente del Virilla
Unops fuera
Tras este panorama, el Consejo Nacional de Vialidad resolvió poner fin a la relación con la oficina de las Naciones Unidas para este proyecto desde el pasado 14 de enero.
Así lo reconoció Rossi, quien agregó que de momento su representada sigue a la espera
de la comunicación formal por parte de Conavi.
“Mientras tanto, mantenemos la disposición de apoyar en este proyecto al Gobierno de Costa Rica cuando las condiciones lo permitan y así lo requieran”, señaló Rossi.
A pesar de la ruptura, la Unops continúa trabajando en algunos proyectos viales. Entre ellos está la supervisión de la rotonda de La Bandera y la Circunvalación Norte.
Adicionalmente, el organismo de la ONU gestiona proyectos con otras instituciones como la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Cultura y Juventud.
Se pidió reacción al Conavi sobre cuál es la alternativa que propondría para reactivar la obra, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
Rodrigo Díaz
