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Popcorn506 para El Observador
Bienaventurados los cinéfilos cuya afición por el sétimo arte se fraguó en los maravillosos años 90.
Años aquellos que no volverán, pero que algunos responsables de producción tratan de resucitar continuamente.
Y esto, a pesar de cómo pueda sonar, es una buena noticia cuando sucede como en el caso que nos atañe aquí: el estreno de Scream 6. Sí, 6. Seis. VI
Seis entregas de una misma saga, se dice pronto. Pero es que el concepto creado en su día por Wes Craven, que tanto éxito y fascinación produjo, da mucho juego y, creemos, seguirá dándolo.
A disfrutar, más allá de criticar
Es cierto que el empujón grande fue el año pasado, cuando se recuperó la saga tras el fallecimiento de Craven, hace ya ocho años.
De la mano de la dupla formada por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett se nos volvió a invitar a las salas de cine para agarrarnos fuerte mientras veíamos a Ghostface asomarse por la pantalla.
Fue una vuelta grata y muchos la disfrutamos, a pesar de algunas voces críticas que, parece, prefieren criticar a disfrutar.
O, cuando menos, intentar hacer uso del derecho a desconectar de la vida real durante unos instantes.
A lo que venimos
Pero, a lo que vamos hoy. Scream VI, una nueva entrega y, con bastante entusiasmo por nuestra parte, podríamos decir que la más efectiva de todas.
Salvo, nostalgia inclusive, la primera de todas, claro. Porque ser la primera también tiene mucho mérito y más cuando se acercan los 27 años de su estreno, que se dice pronto.
En esta ocasión, los protagonistas supervivientes de la matanza anterior en el pueblo de Woodsboro se marchan del lugar para irse a vivir a Nueva York.
Allí, durante Halloween, empiezan a producirse asesinatos de mano de Ghostface y, sí, esto comienza a suponer una nueva pesadilla para nuestras queridas hermanas Carpenter y sus compañeros.
Los que llevamos desde el comienzo viviendo esta saga, percibiremos algunos aspectos que nos resultan familiares, otros casi rancios y alguno muy grato.
En general, el espíritu de la saga se mantiene fiel y esto es perfecto. Por algo nos aficionamos a estas pelis y nos gusta el slasher como género.
Ghostface sigue resultando un malvado eficaz. Un malvado que provoca tanto miedo como lo hacía al principio y sus asesinatos no pierden fuerza.
Puntos a favor
Al contrario, hay momentos que resultan casi hasta grotescos y esto, reforzado por un ritmo trepidante, la convierte en una de las mejores slasher de los últimos años.
Y tiene grandes posibilidades de quedarse en las retinas y en las listas de influencers como una de las imprescindibles del género en los próximos años.
Entre los puntos más a favor que encontramos aquí, no podemos más que agradecer los diversos guiños que hay a momentos de películas anteriores que ya se consideran de culto, tales como Candyman o Viernes 13.
Detalles como la aparición de la siempre magnífica Samara Weaving o el recuerdo a la banda sonora de la primera Scream también son plausibles.
Gritos de la gente
Y, por supuesto, esa valentía en los giros de guión, que muchas veces suponen un riesgo inabarcable y que, aquí, funcionan a la perfección.
Eso sí, para aquellos que no vieron la Scream del año pasado y se hayan quedado con los slasher más clásicos de los años 80 y 90, hay que avisar que, con esta, la distancia ya es más grande.
El shock puede ser fuerte, por lo que se recomienda precaución para no sufrir nostalgia o, peor aún, un enfado considerable por alguna necesidad cinéfila insatisfecha.
Que todo no puede ser, y esto es algo que conviene recordar, de vez en cuando, también a las personas más creciditas.
De momento, y tan solo con unas semanas en la pantalla, Scream VI está batiendo todos los récords de taquilla.
Así que, en no demasiado tiempo estaremos hablando de una nueva entrega. La sétima. Y, honestamente, si la saga sigue en manos de Radio Silence, nos anima, porque de momento les están saliendo bien las cosas. Que el susto continúe.
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