Josué Alvarado
La cantidad de personas con trabajo en Costa Rica fue menor durante los últimos meses del 2023 si se compara con el mismo periodo del 2022.
El número de ocupados, es decir las personas con un trabajo, pasó de 2.173.061 a 2.081.900. Los datos reflejan que hubo una destrucción de 91.161 puestos.
Si se analiza desde la tasa de ocupación (que contrapone la cantidad de personas en edad para trabajar contra las que realmente están trabajando), el porcentaje bajó de 53,4% a 49,9%.
Estos son los resultados al comparar los trimestres móviles octubre – noviembre – diciembre del 2022 con el mismo periodo del 2023.
La información fue dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) la mañana de este jueves 1 de febrero, al publicar la Encuesta Continua de Empleo.
Lo contrario ocurre con la tasa de no participación. El porcentaje subió de 39,7% en el 2022 a 46,2% en el 2023.
Mientras tanto la tasa de desempleo llegó a 7,3%, una de las más bajas registradas en los últimos años. La cantidad de personas sin trabajo entre el 2022 y 2023 bajó de 287.085 a 163.884.
Sin embargo, esto no se debe a que más personas tienen empleo, pues como los números demuestran, hay una disminución de la población con trabajo.
El desempleo disminuye porque hay personas que se retiran de la fuerza laboral, es decir, dejan de buscar un trabajo activamente. Si es así, la encuesta no los contabiliza como personas desempleadas y los suma en la categoría fuera de la fuerza laboral.
Esta es la razón por la cual la población fuera de la fuerza de trabajo aumentó de 1.632.302 a 1.927.072 en el 2023. Con este escenario, la cantidad de ciudadanos en esta categoría alcanza cifras históricas.
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Mercado laboral representa una "alerta amarilla"
La disminución de la población ocupada en Costa Rica representa una "alerta amarilla" para el Banco Central. Así lo dio a conocer uno de los investigadores de la Autoridad Monetaria el pasado 11 de enero.
El investigador económico del BCCR Jonathan Garita Garita dijo que la "desviación" que ha tenido durante los últimos meses la tasa de empleo "es una alerta amarilla".
Los datos demuestran que hay menos personas ocupadas en los extremos de las edades. Es decir, en los grupos más jóvenes (15 a 24 años) y el de mayor edad (más de 59 años).
Sin embargo, la Autoridad Monetaria no puede asegurar que esas poblaciones jóvenes y adultas que están saliendo lo hagan por estudio o con una pensión que les permita cubrir sus gastos. Si es así, el banco considera que el escenario es positivo.
Pero los datos demuestran que también disminuye la población ocupada en edades intermedias (de 25 a 59 años).
Las mujeres y las poblaciones con menos preparación académica con las que están siendo expulsadas por el sistema con mayor intensidad. La desmejora también es evidente en algunas actividades económicas como la agricultura y el servicio doméstico.
El Banco Central considera que es necesario enfocar las políticas públicas de generación de empleo en esos sectores para evitar que la población ocupada siga disminuyendo.
"Si una persona está decidiendo no participar en el mercado de trabajo ¿Cómo es que se está financiando? ¿Cuáles recursos está obteniendo para poder financiar sus necesidades de consumo?", cuestionó el investigador del banco, Jonathan Garita.
