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(Video) Descubra cómo avanza el nuevo puente “del Saprissa”

El paso de San José a Heredia en la Ruta 32, sobre el Río Virilla, y en las cercanías del…

Por Marco Marín

Tiempo de Lectura: 4 minutos
(Video) Descubra cómo avanza el nuevo puente “del Saprissa”
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El paso de San José a Heredia en la Ruta 32, sobre el Río Virilla, y en las cercanías del estadio Ricardo Saprissa, es una de las vías de tránsito más importantes del país.

Por ella pasan a diario cerca de 34.000 vehículos, según estimaciones del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).

Ahora, a partir de finales del próximo año, las presas que se generan en esta zona, serán cosa del pasado gracias a la construcción de un nuevo viaducto.

Un equipo de El Observador visitó la estructura con la guía del ingeniero Oldemar Sagot, uno de los encargados de procurar que la obra avance según el cronograma y finalice antes del periodo de 18 meses pactado. El reloj para ellos comenzó en marzo de este año.

La obra consiste en un puente de 285 metros, hecho totalmente de concreto y varillas de más de tres pulgadas. Tiene un costo de ¢13.700 millones y que es financiada por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Laboran en esta obra entre 100 a 150 trabajadores; aunque la suma ha aumentado, en algunas ocasiones, a 180 debido al uso de jornaleros temporales.

Ruta vital

El valor de esta obra aumenta cuando se toma en consideración que es la entrada a la principal ruta para movilizar productos entre la Gran Área Metropolitana (GAM) y el Caribe costarricense.

Es por esta razón, aunado a la ampliación que se lleva a cabo sobre la Ruta 32, que su inauguración podría tener un impacto inmediato en los tiempos de tránsito que experimentan los conductores.

Actualmente, el puente que existe es de dos carriles; uno en cada sentido. Una vez que concluya el proyecto, la estructura vieja permitirá, solamente, el tránsito para viajar desde Tibás hacia Santo Domingo.

Mientras tanto, el nuevo viaducto tendrá tres carriles, de 3,60 metros cada uno y contará con aceras de 1,5 metros. Por acá podrán viajar los conductores que se trasladan desde la provincia herediana hasta la josefina.

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Así se vería desde el aire la nueva obra. (cortesía Naciones Unidas)

Diferencias

De acuerdo con Sagot, las diferencias con respecto a la vieja estructura comienzan desde el diseño. Mientras que el puente actual cuenta con cinco pilas, término correcto para referirse a las columnas de apoyo, el nuevo solo tendrá dos.

Sin embargo, el futuro viaducto contará con dos bastiones de apoyo en cada extremo. Mientras que, las pilas tendrán una altura de 50 metros. Estos soportes secundarios serán de unos 15 metros de altitud.

De acuerdo con Sagot, las columnas principales tienen una base que mide 15 metros de largo por 15 metros de ancho, y con una altura de cuatro metros y los cuales son parte del total de 50 metros de altura.

En total, son 900 metros cúbicos de concreto y varilla. Solo esta parte pesa unas 2.000 toneladas. ¿La importancia de esto? Aquí se trasladan todas las fuerzas sísmicas.

Cada una de las columnas está compuesta por siete “trepas”, o secciones. Cuando estas queden listas, se procederá a construir la adobela cero, que vendría a ser el techo de la pila. Esta parte es vital porque es lo que sostiene el tablero o, en otras palabras, los futuros carriles.

Las adobelas cero, tienen una altura de siete metros, explicó Sagot. (Marco Marín/El Observador)

En forma de T

Una vez que se tenga esta parte, comenzarán a construir lo que también llaman la superestructura.

Esto debe hacerse de forma proporcional, lo cual significa que construyen tramos similares en ambas direcciones, de la pila al extremo y hacia el centro. “Es como una letra T”, explicó el ingeniero.

Según Sagot, de la columna sur, extremo de Tibás hasta la orilla de ese lado, hay una distancia de 77 metros. Mientras tanto, la pila norte, que va al lado de Heredia, es de 78 metros. Entre ambas hay una distancia de 130 metros.

Como dato curioso, Sagot explicó que a la hora de hacer la colada, término que usan para referirse al vertido del concreto, esta se debe hacer en dos partes y de noche, ya que, la colocación total del material puede desencadenar temperaturas tan altas que podrían crear fracturas en la infraestructura.

Una vez que concluya, la distancia de separación entre el nuevo puente y el viejo será de 5,5 metros.

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Así se ven las obras que se desarrollan en el lado de Tibás. El terreno desde donde se tomó la fotografía era inaccesible hace unos meses, debido a la presencia de precaristas. (Marco Marín/El Observador)

Terrenos complejos

Más allá de las luchas, por llevar a puerto las expropiaciones necesarias y el desalojo de personas que habían usurpado terrenos públicos, Sagot aseguró que las condiciones topográficas también habían sido un escollo.

Para poder llevar a cabo la construcción, primero se debieron hacer dos carreteras de acceso; una en cada extremo y que bajan prácticamente hasta el cauce del Río Virilla.

Esto llevó un periodo de dos meses y aseguró que era un paso vital para poder concluir el proyecto en el tiempo establecido. Además, han tenido que sortear elementos naturales como aludes en ciertas zonas.

Sagot explicó que, durante la limpieza de estos incidentes, tuvieron que retirar 50 mil metros cúbicos de material; la gran mayoría de basura.

La obra debería de estar lista en setiembre del 2020, según lo establecido por el contrato. Este fue firmado el 21 de febrero de este año.

Su ejecución está a cargo de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS). La construcción la realiza el Consorcio Virilla 32, compuesto por la empresa nacional MECO y la española Puentes y Calzadas.

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