Gustavo Martinez
La Sección Especializada en Violencia de Género y Trata de Personas del Organismo de Investigación Judicial (OJI) registra 110 casos por delitos sexuales contra menores de edad, mediante el uso de videojuegos, en lo que va de este 2023.
Los delitos sexuales contra menores de edad incluyen los tipos penales por seducción, encuentro con persona menor de edad por medios electrónicos, tenencia de material pornográfico y difusión de pornografía infantil.
Videojuegos
Los antisociales contactan a las víctimas por medio de los chats del videojuego y solicitan el intercambio de números telefónicos.
También solicitan los perfiles de redes sociales de las personas menores de edad.
Luego del intercambio, piden a los menores el envío de material de contenido sexual.
Estos delitos se relacionan con el grooming online, el cual se basa en formas delictivas de acoso que implican a un adulto que se pone en contacto con un niño, niña o adolescente con el fin de ganarse poco a poco su confianza para luego involucrarse en una actividad sexual.
El jefe de la Unidad de Trata de la Sección Especializada contra la Violencia de Género, Rodrigo Picado Mena, explica que esta serie de actos delictivos tienen como propósito ganarse la confianza de los menores, no solo para solicitar material de contenido sexual, sino para obtener información como la dirección, nombres de familiares y demás, para dar paso a las extorsiones o amenazas.
Los adultos buscan también información sobre el centro educativo del menor, lugar de residencia, sus pasatiempos y gustos.
Los varones entre 7 y 17 años son el grupo más propenso a ser víctimas de estos delitos.
Del contacto al delito sexual
Una vez que el agresor tiene las fotografías y videos con contenido sexual, inicia el chantaje o extorsión, la última etapa del delito.
El chantaje consiste en que la persona solicita al menor el envío de un mayor cantidad de material de contenido sexual, con indicaciones claras por parte del adulto.
El agresor, además, solicita un encuentro con la persona menor de edad, de lo contrario, amenaza con publicar el contenido en redes sociales y grupos de mensajería cercanos.
Dicho encuentro culmina en una agresión sexual contra la víctima.
4 de las denuncias presentadas corresponden a abusos sexuales a menores de edad luego del encuentro con el agresor.
“El tema es todo un ciclo de convencimiento en cuanto la persona agresor hacia la víctima, para llegar hasta este punto. Es importante agregar que esta situación no solo tiene que ver con el intercambio de material infantil, porque en esta etapa del grooming, implica el contacto de índole sexual con menores de edad a través de videojuegos, con el intercambio de números telefónicos, fotografías y vídeos”, señaló Picado.
“No podemos dejar de lado el tema de las redes sociales. Hemos detectado que aunque la mayoría de estos abusos provienen por el uso de los videojuegos, hemos llegado a la conclusión dentro de la investigación, que a través de los videojuegos, sin el intercambio de números telefónicos, los agresores han podido dar con las redes sociales de la víctima y así concretar el contacto”, agregó.
Padres y madres más responsables
El OIJ insiste en la existencia de un control parental, debido a que en la actualidad hay menores de 5 o 6 años con redes sociales, las cuales pese a prohibir que las personas menores de 12 años cuenten con perfiles en estas plataformas no fiscalizan debidamente.
Las autoridades recomiendan estar pendientes de las redes sociales de sus hijos e hijas y disponer de aplicaciones que restriegan la información a la que acceden los menores de edad.
“Hay que ser cuidadosos con los menores de edad que venden algún producto en redes sociales, ya que realizan estas publicaciones con información personal que posibles perpetradores pueden utilizar para llevar a cabo los delitos en contra de los menores”, enfatizó Picado.
La Ley establece una pena máxima de 5 años por los delitos de seducción y encuentro con personas menores de edad a través de videojuegos.
En el caso de la producción de pornografía infantil la pena impuesta es hasta de 9 años.
La difusión de pornografía infantil se castiga con 8 años de prisión.
