Paulo Villalobos
“La mayoría de los costarricenses saben que Óscar Arias no tiene precio, que Óscar Arias es una persona honesta. Que yo he vivido de acuerdo con lo que dice el evangelio, que en la vida es más importante dar que recibir.
Yo nunca fui a la vida pública a hacer negocios ni hacer nada que fuera violentar una ley después de haber jurado en cumplir con ella y con la Constitución Política”.
De esa manera se reaccionó el expresidente Óscar Arias al sobreseimiento que dictó en su favor el Juzgado Penal de Hacienda y de la Función Pública, con sede en Goicoechea, San José; ante una investigación por dos aparentes delitos de prevaricato en el caso Crucitas.
Los mismos, de acuerdo con la instancia judicial, estaban prescritos.
En su exposición, Arias revivió declaraciones que en otros momentos brindó, al afirmar que la Fiscalía tiene “más imaginación” que los escritores Gabriel García y Julio Verne.
“No había ningún motivo por el que la Fiscalía buscara algo malo donde no lo había”, manifestó.
Saga del desperdicio
Por su parte, su defensor, Rodolfo Brenes, destacó que el actuar del Ministerio Público al revivir la pesquisa contra el exgobernante, no fue más que un acto para generar un escándalo mediático alrededor de su figura.
Ello constituyó un malgasto de recursos y tiempo del órgano acusador, de acuerdo con el jurista. El defensor añadió que ese “desperdicio” podría ser mayor si la Fiscalía se decide a llevar el caso a la Sala de Casación Penal.
Por su parte, Arias aseveró: “Espero que aquí termine esta saga”.
Al cierre de esta publicación, la oficina de prensa del Ministerio Público informó que analizará la resolución del órgano jurisdiccional, para ver si presenta o no un recurso de apelación.
De darse el primero de esos escenarios, ahí se agotarían las instancias sobre la supuesta participación delictiva del expresidente en la causa Crucitas.
Paulo Villalobos
