Tomás Gómez
La ola de inseguridad que enfrenta Costa Rica provocará más cambios al paisaje de varias comunidades, dejando de la lado las escuelas y colegios rodeadas por mallas para dar paso a muros de protección.
Así lo confirmó la Dirección de Infraestructura Educativa del Ministerio de Educación Pública (MEP), que apunta a que si bien se han tomado medidas, en algunos lugares se requerirá de intervenciones más profundas.
“Se ha mejorado en medidas de seguridad en proyectos nuevos. Tenemos varios centros educativos en proceso de instalación de cerramiento externo”, indicó la jerarca de la Dirección, Lourdes Saurez.
“Usualmente se ha trabajado con malla ciclón, pero se realizará un cambio en el tipo de cerramiento en las zonas más riesgosas por muros altos de mampostería”, sumó.
Balas y aulas
El recrudecimiento de la violencia en el país ha tenido varias escenas graves cerca de centros educativos en los últimos meses.
Uno de los más llamativos se presentó en Llanos de Santa Lucía, en Paraíso de Cartago, el 29 de setiembre.
Frente a la Escuela Rescate de Ujarrás fue acribillado un hombre. En la acción mediaron incluso armas AK-47 y las imágenes mostraron como las balas llegaron hasta dentro del centro educativo, sin herir a ningún menor o docente.
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El lunes se sumó un nuevo hecho, esta vez en Limón y con un saldo aún más grave.
Un hombre de 25 años que iba a recogera su hijastra en la Escuela Silvestre Grant, en Siquirres, fue baleado a eso de 1:00 de tarde.
El hombre murió tras recibir seis impactos de bala, pero el ataque dejó una estela de heridos.
Una mujer de 34 años, fue traslada a un centro médico tras recibir un impacto en la cabeza. A ella se sumó otra mujer de 23 años, que recibió balazos en un brazo y una pierna.
También salieron heridos tres niños de 11, 10 y 4 años, sin mayor gravedad. Todos se encontraban afuera del centro educativo cuando ocurrieron los hechos.
La escuela se mantiene cerrada hasta nuevo aviso y el Ministerio de Seguridad anunció una reunión con los padres y docentes para formular un plan de seguridad tras el traumático suceso.
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¿Por qué llegó la violencia a los centros educativos?
El hecho de que la violencia esté llegando tan cerca de los niños y los centros educativos genera otras interrogantes del agravante del fenómeno de la violencia.
La criminóloga Karla Alvarado destaca que se suman elementos desde la ubicación geográfica hasta que las redes criminales estén valiéndose de esos sitios para protegerse.
“Sea que parte de los integrantes de las redes criminales migren a estos sectores para ocultarse debido a las operativos de desarticulación por parte de los cuerpos policiales o también ocultarse de rivales y estos últimos aplican inteligencia de seguimiento y en la escalada de violencia solo toman en cuenta la eliminación segura del objetivo , sin valorar el lugar , día, hora y posibles víctimas colaterales, como en este caso en su mayoría niños y mujeres”, detalló la experta.
A eso se suma elementos de la manera en la que trabajan las bandas, por ejemplo la inexperiencia o los mensajes que manden.
“Este tipo de sicarios sea por experiencia o inexperiencia que se refleja en la desensibilizacion de su actuar y la falta expertis en el uso de armas de fuego , debido a que realizan detonaciones sin control aún cuando el individuo ha sido eliminado, aumentando las victimas colaterales, envían un mensaje en el que ya están inclusive pasando por altos códigos internos que tenían las organizaciones criminales con respecto a actuar cuando están niños presentes”, agregó Alvarado.
Un punto clave destacado por la experta es que el abordaje de estos riesgos desde los centros educativos debe tener tanto el protocolo de actuación como lo preventivo.
Las medidas a tomar no tiene una receta única sino que debe considerar las particularidades de cada sitio. Esto abarca los riesgos y amenazas externas (incluyendo el índice criminal de la zona).
También se debe garantizar la protección no solo de estudiantes, sino también de los docentes, el personal administrativo, padres de familia, proveedores e instalaciones.
“Es de suma importancia valorar las capas de seguridad que se deben de reforzar para garantizar que el espacio sea seguro y es necesario que bajo criterios técnicos cada centro educativo cuente con su estudio integral de seguridad, fundamentado en el que se evidencien las vulnerabilidades y se realicen las recomendaciones necesarias para que cada centro educativo sea un lugar seguro y puedan tomar acciones y solicitar el apoyo que sea necesario”, concluyó.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) defiende los protocolos que se han establecido en caso de hechos similares de violencia con armas, además de aumentar la capacitación de docentes, personal y los mismos estudiantes para reaccionar adecuadamente ante este tipo de eventos.
El riesgo para personas inocentes o víctimas colaterales no se limita a escuelas y colegios. En los últimos meses han ocurrido balaceras en plazas de fútbol, torres de apartamentos y otros sitios públicos de zona rural y urbana, a toda hora del día.
